(CNAd/InfoCatólica) La AfD celebró el pasado 21 de junio de 2025 un congreso titulado «Protección de la infancia» en la sede del Parlamento de Baja Sajonia, en Hannover. Bajo el lema de combatir el abuso infantil, la formación centró su atención en fenómenos como la «sexualización precoz», la «propaganda de género» y la «banalización de la pedofilia». El evento fue contestado por unas 900 personas, entre ellas numerosos miembros de la Iglesia católica local.
En su comunicado, la Iglesia católica en Hannover, que depende de la diócesis de HIldesheim, se dijo:
«Hannover es una ciudad diversa, democrática y abierta. Queremos conservar eso también para nuestros hijos. No vamos a permitir que los llamados ‘ciudadanos preocupados’ persigan objetivos de extrema derecha bajo el pretexto del bienestar infantil».
El texto añadió que todas las personas, independientemente de su identidad sexual, son «parte igualitaria de la Iglesia» y que la bendición de Dios «alcanza sin excepción a todas las relaciones amorosas». Por ello, se pidió crear en las parroquias «espacios seguros» para «personas queer en nuestras iglesias».
Mira Thoben, de la institución católica de formación familiar, advirtió de que «guardar silencio ante discursos antifeministas, contrarios a las personas queer y racistas, equivale a darles la razón. Y eso no es una opción». También recordó los fallos históricos de las Iglesias en materia de protección de menores, y abogó por oponerse a «las visiones del mundo simplistas de cristianos de derechas y fundamentalistas»: «Creemos en una visión cristiana del ser humano, lo que implica dignidad para todos y protección para todos los niños, también para los refugiados, los pobres y los niños queer».
La AfD, contra la reasignación de sexo en menores
Uno de los temas centrales del congreso fue la llamada «reasignación de sexo» en menores. Estas intervenciones incluyen tratamientos médicos y psicológicos con efectos físicos y hormonales, en muchos casos irreversibles. Desde bloqueadores de la pubertad hasta hormonaciones cruzadas y cirugías, la AfD centró su atención en estos procesos.
Según los organizadores, el primer paso son los bloqueadores de la pubertad, que impiden la producción natural de hormonas sexuales. Posteriormente, en muchos casos, se administran hormonas del sexo opuesto: testosterona en chicas que se identifican como varones y estrógenos en chicos que se identifican como mujeres, con efectos como el desarrollo de caracteres sexuales secundarios del sexo contrario.
Las intervenciones quirúrgicas más frecuentes incluyen vaginoplastias y mastectomías, con consecuencias permanentes para la fertilidad y la salud hormonal. Se han documentado efectos adversos como pérdida de densidad ósea, alteraciones cognitivas —incluida una reducción en el coeficiente intelectual en algunos casos—, y dependencia de por vida de tratamientos hormonales.