(Fides/InfoCatólica) «Trabajamos en contextos problemáticos, difíciles y complejos, donde hay persecución. Y, donde hay violencia y persecución, no hay diálogo, no hay respeto por el otro», declaró el padre Luigi Buccarello a la Agencia Fides, al concluir el Capítulo General de la Orden de la Santísima Trinidad y de los Esclavos, O.SS.T., que lo ha confirmado en su cargo como Superior General para un nuevo mandato. Junto a él, el padre Antonio Aurelio Fernández Serrano, presidente de la organización Solidaridad Internacional Trinitaria (SIT), destacó la acción de la Orden en apoyo a los cristianos perseguidos.
Inspirados por la «Dignitatis Humanae» del Concilio Vaticano II y el magisterio posterior, los Trinitarios colaboran desde hace dos años con el Centro de Estudios Interreligiosos de la Universidad Gregoriana en un curso sobre libertad religiosa, además de promover un grupo de investigación interdisciplinar con quince expertos. «La libertad religiosa requiere un abordaje amplio, desde la teología hasta la sociología y el derecho», indicó Buccarello.
La Orden mantiene presencia activa en países como Sudán, Siria, India o Yemen, donde los cristianos enfrentan atentados y discriminación. La SIT actúa en estos contextos promoviendo proyectos de ayuda y sensibilización. «La libertad religiosa es la única garantía de paz y convivencia», afirmó el Superior General.
La historia de la Orden Trinitaria remonta a San Juan de Mata, quien fundó la congregación con el fin de liberar a los cristianos cautivos. En la actualidad, esa misión continúa actualizándose a través del acompañamiento y apoyo a los perseguidos por causa de su fe.
Durante el Capítulo General, se insistió en la formación específica de los religiosos en diálogo interreligioso y libertad religiosa. El lema del encuentro, «Perseguidos, pero no abandonados; derribados, mas no aniquilados», refleja la vocación de la Orden de estar presente junto a las comunidades cristianas en situación de vulnerabilidad.
Fernández Serrano recordó que la SIT celebra 25 años de labor, y para la ocasión han producido un documental sobre los cristianos perseguidos. La acción de la Orden se extiende a zonas donde crecen el extremismo y la intolerancia, como en India o diversas regiones africanas.
El padre Buccarello alertó también sobre los desafíos que enfrentan las comunidades cristianas en países occidentales. «En muchos colegios del norte de Italia, la mayoría de los alumnos no son católicos ni cristianos. ¿Qué herramientas les damos a los niños para que interactúen y se sientan acogidos?», planteó. Esta realidad pone de relieve la necesidad de fomentar el respeto mutuo desde la infancia.
Como ejemplo, señaló que las monjas trinitarias de Valence dirigen una escuela en las afueras de Marsella donde el 80 % del alumnado es musulmán. Las familias prefieren el enfoque religioso de la escuela católica frente al modelo laicista. También en la India, en la escuela trinitaria de Assam, el 95 % del alumnado no es cristiano, y sin embargo, la convivencia es armónica. «La diversidad religiosa representa un recurso para crecer en el respeto mutuo y promover la paz», sostuvo.
Asimismo, el Superior General denunció cómo en Canadá un religioso no puede acceder a un hospital con hábito, y cómo en Occidente resurgen formas de secularismo y laicismo agresivo, al tiempo que movimientos identitarios manipulan la religión con fines políticos. En este contexto, destacó la urgencia de formar expertos que promuevan el diálogo interreligioso y un testimonio cristiano coherente y valiente.