(Orthodox Times/InfoCatólica) Un atentado suicida perpetrado el domingo en la iglesia de San Elías, situada en el distrito de Douela, en Damasco, causó al menos 22 muertos y 63 heridos, según el último balance difundido por las autoridades de facto sirias. El ataque fue atribuido a un miembro del grupo yihadista Estado Islámico (Daesh).
La acción, que supone el primer atentado de estas características desde la caída del expresidente Bashar al-Asad el pasado 8 de diciembre de 2024, ha sido condenada por la Organización de las Naciones Unidas y por numerosos países.
El Ministerio de Asuntos Exteriores en Damasco informó que el atacante, identificado como integrante de Daesh, irrumpió en el templo durante una celebración litúrgica, abrió fuego contra los fieles y, posteriormente, se inmoló haciendo estallar los explosivos que portaba adheridos a su cuerpo.
«Mi hijo reza en esta iglesia», declaró entre sollozos una mujer identificada como Um George, que buscaba desesperadamente a su hijo tras la explosión. «Intento localizarlo, pero su teléfono no responde. Temo no volver a oír su voz nunca más», lamentó.
Periodistas de la agencia francesa AFP presenciaron el momento en que los equipos de emergencia evacuaban a los heridos, mientras el interior del templo presentaba escenas de devastación con escombros, iconos y rastros de sangre.
Un testigo presencial, Lawrence Maamari, explicó que «alguien entró en la iglesia con un arma y comenzó a disparar indiscriminadamente. Cuando algunos intentaron detenerle, hizo detonar los explosivos».
El grupo Estado Islámico, que entre 2014 y 2019 controló vastas zonas de Siria e Irak bajo su autoproclamado califato, continúa operando desde regiones desérticas de Siria pese a su derrota territorial. En mayo, la organización ya se había atribuido un atentado contra las nuevas autoridades sirias. Las fuerzas de seguridad anunciaron poco después la detención de miembros de una célula yihadista cerca de Damasco y la muerte de tres extremistas en una operación en Alepo.
Reacciones internacionales y eclesiásticas
El Patriarcado de Antioquía emitió un comunicado en el que condenó enérgicamente la masacre y lamentó la pérdida de «numerosos mártires» y heridos. La institución pidió a las autoridades garantizar la protección de todos los ciudadanos y denunció que aún se están recopilando los restos de las víctimas.
El patriarca Juan de Antioquía instó a la comunidad internacional a movilizarse para «detener estas masacres».
Por su parte, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Grecia calificó el atentado como un «horrendo ataque terrorista suicida» contra un lugar de culto y exigió a las autoridades de transición sirias que tomen medidas inmediatas para salvaguardar a las comunidades cristianas.