(NCRegister/InfoCatólica) Cuando se menciona a San Francisco de Asís, muchos piensan en su amor por los animales y la naturaleza. Sin embargo, el nuevo docudrama de EWTN, titulado «Su Cuerpo y Sangre: Santos franciscanos y la Eucaristía», presenta una faceta menos conocida pero profundamente significativa: su ardiente amor por la Eucaristía.
Esta producción, que se emitirá el sábado 21 de junio a las 20:00 h (hora española) y nuevamente el domingo 22 a las 08:00 h, recorre la devoción eucarística de San Francisco y de los santos franciscanos que siguieron sus pasos.
El padre Joseph Mary, de los Frailes Franciscanos de la Palabra Eterna, explica que San Francisco «hablaba más sobre lo que él llamaba el Santo Cuerpo y Sangre del Señor que de cualquier otra cosa». Su reverencia era tan intensa que animaba a las personas a arrodillarse fuera de las iglesias donde se reservaba la Eucaristía.
San Francisco usaba siempre la expresión «el Cuerpo y la Sangre de Cristo» en lugar de «Eucaristía». Su especial insistencia hacia los sacerdotes se entiende, según el padre Joseph, porque «es a través de su santidad que Dios desciende a la tierra». Y añade: «Así como Jesús descendió al seno de María, ahora desciende a las manos del sacerdote en el altar. Francisco ve la Eucaristía como una prolongación de la Encarnación».
Una oración de San Francisco ilustra esta teología: «Que todos se llenen de temor, que el mundo tiemble y el cielo se regocije. Cristo, el Hijo del Dios vivo, está presente en el altar en manos del sacerdote».
San Francisco enseñaba que la presencia del Señor en el altar cumple la promesa de Cristo al final del Evangelio de Mateo: «Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo».
La película también se centra en Santa Clara de Asís. En una escena impactante, se muestra cómo su fe en la Eucaristía protegió a las monjas de su convento cuando unos soldados irrumpieron en el recinto.
Aunque Santa Clara escribió poco, su consejo a las novicias sigue siendo actual: «Pensad quién es Dios, quién es Jesús en la Eucaristía, y luego abrid vuestros corazones».
San Pío de Pietrelcina también es presentado, con su énfasis en establecer una relación personal con Jesús. El Señor le expresó su dolor por la indiferencia de algunos sacerdotes: «Hijo mío, no pienses que mi agonía duró tres horas. No, por las almas que han recibido más de mí, estaré en agonía hasta el fin del mundo. Durante mi agonía, hijo mío, nadie debería dormir. Mi alma busca una gota de compasión humana. Pero, ay, quedo solo bajo el peso de la indiferencia».
El film también presenta milagros eucarísticos como los de Lanciano y Siena, y la historia de San Pascual Bailón, franciscano menos conocido que arriesgó su vida por defender la Presencia Real. Golpeado y encorvado, su testimonio ante una turba protestante es inolvidable.
Otros santos mencionados son San Maximiliano Kolbe, Santa Margarita de Cortona, San José de Cupertino, San Juan María Vianney y San Pío X. La historia concluye con una referencia a Santa Clara, proclamada patrona de la televisión por Pío XII. En su última Navidad, enferma y sin poder asistir a la Misa, recibió una visión milagrosa de la liturgia desde su lecho. Su biógrafo lo llamó «la primera Misa televisada».
El padre Joseph resume: «La misión de Santa Clara fue llevar a Cristo y a su Iglesia a las masas. Y eso es lo que intentamos hacer en EWTN».