(Fides/InfoCatólica) Según la información recogida por la Agencia Fides, la Asamblea de los Obispos estaba ya fijada desde hace tiempo y tenía como agenda fundamentalmente temas de carácter pastoral. Sin embargo, los últimos acontecimientos en Malasia han obligado a cambiar de agenda y los Prelados han pedido examinar la cuestión, que ha sido definida como “preocupante y delicada”.
Como se comunicó a la Agencia Fides, durante el debate del primer día de trabajo los Obispos subrayaron que “se están realizando encuentros, y se seguirán teniendo en los próximos días, con las autoridades civiles y con los líderes musulmanes. Es necesario actuar en sintonía buscando la necesaria colaboración con el gobierno y con las altas autoridades religiosas para poder restablecer el clima pacífico de la sociedad malaya”. También porque estos episodios están “manchando” la fama del islam malayo, conocido por su moderación y por la convivencia pacífica con otras religiones. Hasta el punto de que grupos musulmanes moderados han organizado turnos de vigilancia en las iglesias para evitar que estos episodios de violencia se repitan.
En la reunión participa también S.E.R. Mons. Salvatore Pennacchio, Delegado Apostólico en Malasia, Singapur y Brunei, quién expresó la solidariedad y la cercanía de la Santa Sede con la Iglesia malaya, confirmando la necesidad de “actuar buscando el diálogo y la paz en el país”, colaborando con las autoridades civiles.
El Presidente de la Conferencia Episcopal, S.E.R. Mons. Murphy Packiam, Arzobispo de Kuala Lumpur, había declarado a la Agencia Fides su temor a sufrir nuevos ataques el día domingo 10 de enero, cuando las iglesias estuvieran llenas de fieles. Sus temores se han visto confirmados ya que nuevos episodios de violencia se verificaron en otras ciudades y en otros estados de la federación malaya, lejos de la capital Kuala Lumpur, después de las primeras cuatro agresiones. El domingo 10 de enero fueron atacadas dos iglesias, una católica y una anglicana, en Taiping, en el estado de Perak. Además, en el Borneo malayo, una iglesia bautista en Malaca fue manchada con barniz negro y una iglesia católica en Miri recibió una lluvia de piedras. El día de ayer otra iglesia evangélica en el estado de Negeri Sembilan (Malasia central) fue objeto de un ataque, el noveno de la serie.
La propagación de la violencia, aún cuando no se han producido víctimas, ha puesto a los Obispos en alarma. "Los cristianos", han afirmado, “se comprometen a hacer todo lo posible por mantener la calma, por no responder a las provocaciones, y rezan para evitar que la violencia se extienda”.