(Cope/InfoCatólica) El nuevo registro se convertirá en una base de datos electrónica común, de modo que el ciudadano podrá consultar por internet o realizar trámites en cualquiera de las oficinas del país. Además, dejará de estar "judicializado" y pasará a ser un órgano dependiente del Ministerio de Justicia, de manera que, aunque sus actos seguirán sometidos al control de los jueces, serán "funcionarios públicos cualificados" los encargados de los nuevos registros.
De esta manera, se descarga a los jueces de una función impropia, que permitirá que puedan dedicarse en exclusiva a su función constitucional de juzgar y ejecutar lo juzgado. Para ello, el ministro también ha presentado un anteproyecto de ley orgánica complementario, que modificaría la Ley Orgánica del Poder Judicial para revisar el artículo sobre las atribuciones de juzgados y tribunales.
El anteproyecto del Gobierno busca que el Registro Civil se convierta en un registro individual, que otorgue a cada individuo una ficha personal única, donde figurará el historial civil de cada persona desde su nacimiento. Con la nueva ley, el nuevo Registro Civil se articularía en tres órganos sin dependencia jerárquica y con funciones muy específicas: oficinas generales, oficina central y oficinas consulares.