(UCANews/InfoCatólica) La Corte Suprema de Sri Lanka ha ordenado al Estado compensar a cuatro cristianos cuyos derechos fundamentales fueron violados hace diez años, cuando la policía los arrestó por predicar de casa en casa.
El 22 de mayo, el alto tribunal ordenó al oficial a cargo de la comisaría de Walasmulla pagar 50.000 rupias (unos 165 dólares) a cada uno de los demandantes, además de que el Estado deberá abonar 25.000 rupias adicionales a cada uno por la violación de sus derechos constitucionales.
El fallo histórico representa una victoria significativa para estos cuatro ciudadanos, miembros de los Testigos de Jehová, quienes fueron arrestados en 2014 tras un altercado con un monje budista y algunos vecinos de la localidad de Walasmulla, en el sur del país. Luego de una batalla judicial de una década, el tribunal compuesto por tres jueces calificó los arrestos como «inconstitucionales» y «una flagrante desatención de las garantías constitucionales».
Los cristianos no violaron ninguna ley. En lugar de protegerlos frente a los insultos y la intimidación, la policía supuestamente se unió al acoso antes de detenerlos, según observaron los magistrados.
«Esta decisión es un rayo de esperanza» para todos los grupos religiosos minoritarios, afirmó el pastor Sunil Pathirana, de la Iglesia Calvary en Kochchikade.
El fallo es «un hito» en materia de libertades civiles, añadió. «Es un buen recordatorio de que la libertad religiosa no es solo un privilegio: es un derecho que nuestra Constitución garantiza», declaró a UCA News el 23 de mayo.
La decisión judicial se da en un contexto de creciente preocupación internacional por la reducción de libertades para las minorías religiosas en este país de mayoría budista, donde los casos de hostigamiento suelen quedar impunes. Pathirana recordó anteriores ataques contra iglesias evangélicas, incluyendo uno perpetrado por una turba de unas 200 personas lideradas por monjes budistas, que asaltaron los templos de las Asambleas de Dios y Calvary, lanzando piedras y causando destrozos.
Pathirana expresó su deseo de vivir en armonía y con respeto hacia todas las religiones, aunque reconoció que durante el régimen de los Rajapaksa aumentaron los ataques contra iglesias, en un contexto de respaldo político a sectores budistas extremistas.
El 70 % de los 21,9 millones de habitantes de Sri Lanka son budistas, mientras que el 30 % restante profesa otras religiones: hindúes (12,6 %), musulmanes (9,7 %) y cristianos (7,4 %).
Los cristianos aún cargan con el dolor y las secuelas de los atentados del Domingo de Pascua de 2019, que dejaron 279 muertos y casi 500 heridos en iglesias y hoteles. A pesar de múltiples investigaciones, las víctimas y sus familias siguen esperando justicia. La Iglesia Católica ha denunciado que gobiernos sucesivos y sus funcionarios encubren a los responsables.
En 2018, los disturbios en las zonas de Digana y Teldeniya, en Kandy, resultaron en el incendio de mezquitas, la muerte de dos personas y el desplazamiento de numerosas familias musulmanas.
El pastor Nuwan Suneth señaló que la Constitución de Sri Lanka garantiza la libertad religiosa y prohíbe la discriminación. Sin embargo, advirtió que «cada vez hay más presión sobre las iglesias para someterse a dictámenes estatales basados en leyes ambiguas e incoherentes».
Suneth también denunció que muchas personas no reportan ataques contra iglesias por miedo. «Pero debemos alzar la voz para salvaguardar nuestros derechos», añadió.
La sentencia judicial envía un claro mensaje: «el derecho a adorar, a predicar y a vivir en paz debe ser respetado para todos, sin importar su credo», afirmó Suneth.