(LSN/InfoCatólica) En una entrevista emitida por el canal católico EWTN, McGrattan declaró:
«Diría que alguien que está en política y afirma vivir conforme a su fe, mientras hace afirmaciones de ese tipo, muestra una desconexión. Esto es lamentable en muchos de nuestros políticos».
Preguntado directamente sobre el caso de Carney, que fue visto comulgando en la parroquia de Santa Mónica de Ottawa el pasado domingo a través de una retransmisión en directo, el obispo explicó que corresponde al ordinario del lugar tomar esa decisión pastoral. En este caso, se trata de monseñor Marcel Damphousse, arzobispo de Ottawa-Cornwall.
«Esas decisiones pastorales deben tomarse a nivel local. Si se trata de una posición escandalosa y muy desafiante, creo que es responsabilidad del obispo confrontar y corregir pastoralmente a los políticos implicados», señaló McGrattan.
La homilía del día en que Carney comulgó fue pronunciada por el padre Michael El-Nacef, sacerdote visitante, quien recordó que el aborto es «asesinato» y que colaborar o apoyarlo constituye pecado mortal. «Si hemos caído en pecado mortal, no hay razón para recibir la Sagrada Comunión sin haberse confesado antes», afirmó el sacerdote durante su sermón.
Pese a esta advertencia explícita, Carney se acercó al altar y comulgó. Tras ello, en lugar de regresar a su asiento, abandonó el templo.
El Código de Derecho Canónico vigente establece en el canon 915: «No deben ser admitidos a la Sagrada Comunión los excomulgados y los que obstinadamente persistan en pecado grave manifiesto». Esta última categoría incluye a políticos que apoyan públicamente el aborto, entre otros casos.
Carney ha reiterado en varias ocasiones su postura favorable al aborto. Preguntado a finales del mes pasado sobre cómo concilia su fe católica con su postura política, respondió de manera tajante:
«Apoyo absolutamente el derecho de la mujer a decidir [abortar], sin reservas, y lo defenderé como lo ha hecho el Partido Liberal: con orgullo y coherencia».