(InfoCatólica) El Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana ha convocado un concurso internacional de ideas para la resignificación del Valle de Cuelgamuros. El certamen pretende reactivar el conjunto monumental y su entorno desde una perspectiva artística, arquitectónica y paisajística, con el fin de convertirlo en un lugar que refleje las tesis históricas e ideológicas del propio gobierno.
Memorial del Holocausto
El objetivo del concurso es seleccionar propuestas que proporcionen una nueva mirada sobre el conjunto ubicado en San Lorenzo de El Escorial (Madrid), siguiendo el modelo de actuaciones internacionales como el Memorial al Holocausto de Berlín, de Peter Eisenmann. Según el Ministerio, se trata de una apuesta por transformar un espacio con una fuerte carga simbólica e histórica en un ámbito de «aprendizaje, encuentro y proyección hacia el futuro».
En ese sentido, conviene recordar que, efectivamente, en España los católicos sufrieron algo muy parecido a un holocausto, cometido por parte de la izquierda durante la II República y la Guerra Civil, cuando miles de mártires -obispos, sacerdotes, frailes, monjas y seglares- fueron asesinados por odio a la fe
La iniciativa se desarrollará en torno a tres grandes proyectos: un proyecto de resignificación, que actuará sobre todo el conjunto monumental; un proyecto arquitectónico, centrado en el diseño de un centro de interpretación para exposiciones y restauración; y un proyecto de musealización, que articulará el discurso expositivo tanto en dicho centro como en el interior de la basílica.
Innovador e inclusivo
El Ministerio señala que las propuestas deberán garantizar un enfoque respetuoso, innovador e inclusivo, alineado con los principios de la memoria democrática y los Derechos Humanos, que exactamente lo contrario de lo que representaron los antepasados políticos e ideológicos del actua goberno. Se ha indicado que se valorará especialmente la incorporación de soluciones alejadas de los planteamientos conmemorativos tradicionales.
El ámbito de actuación comprende todo el conjunto del Valle de Cuelgamuros, incluyendo elementos como el Mirador de la Cruz —de 150 metros de altura—, la Basílica excavada en la roca, la Exedra con veinte arcos clásicos, y la gran Explanada de 30.600 m², organizada en terrazas y escalinatas.
Lo que dijo la CEE
Cabe recordar que el Secretario General y Portavoz de la Conferencia Episcopal Española, explicó de la siguiente manera el acuerdo al que había llegado la Iglesia con el gobierno:
«El planteamiento que presentó la Iglesia fue la conservación siempre de la Basílica y el mantenimiento del culto católico en el lugar, como lugar de oración por la paz, la reconciliación y por todos los caídos en la nefasta guerra civil española. Segundo, la presencia de una comunidad monástica en el lugar para atención de la Basílica; y tercero, que la Cruz no se podía destruir, puesto que es una expresión del amor, de la entrega, del perdón por parte de Jesucristo».
Actuaciones en la Basílica: solo se salva el altar
El pliego del concurso para la resignificación establece límites claros en torno al altar mayor de la basílica, un espacio que permanecerá inalterado en virtud de su función litúrgica. Según el documento, este elemento central del conjunto monumental no podrá ser objeto de intervenciones artísticas ni museográficas en el marco del proyecto de resignificación.
Sin embargo, sí se podrá actuar sobre las Capillas del Santo Sepulcro y del Santísimo. Así se lee en la página 44 del pliego:
«El resto de los espacios del interior de la Basílica (vestíbulo, atrio, espacio intermedio, nave desocupada, cúpula —pero sin Altar— y capillas del Santo Sepulcro y del Santísimo) no están destinados al culto y podrán ser objeto de intervenciones de naturaleza artística y museográfica para la resignificación del lugar. Dichas intervenciones serán compatibles con la celebración de actos de culto en el espacio del Altar y de las bancadas adyacentes».
Resulta altamente significativo que se considere que unas capillas no están destinadas al culto.
Dos fases
El concurso se celebrará en dos fases. En la primera, que durará dos meses, se seleccionarán hasta diez propuestas finalistas. En la segunda, también de dos meses, los finalistas presentarán versiones desarrolladas de sus ideas, y el jurado elegirá la ganadora. En total, se estima una duración de seis meses para el desarrollo completo del certamen, tras el cual se formalizará un contrato con la propuesta seleccionada.