(Notimex/InfoCatólica) Según Monseñor Sánchez Espinosa, la mayoría en la nación se conmovió por la decisión de la Asamblea Legislativa, que "lejos de favorecer el auténtico desarrollo de las personas y de la sociedad lo pone en riesgo".
La Iglesia enseña que las personas con tendencias homosexuales deben ser tratadas con respeto, asegura el prelado pero "el verdadero respeto a esas personas y a la sociedad entera exige que toda ley positiva sea conforme a la naturaleza de la persona humana y promueva su desarrollo integral, tanto en el plano individual como social".
El arzobispo afirma que razones biológicas, sociales y jurídicas "nos permiten descubrir que sólo podemos dar el estatuto de matrimonio a la unión entre un hombre y una mujer, de donde nacen y se desarrollan adecuadamente los niños", garantizando la conservación de la especie.
Por ello, opina don Víctor, la unión entre personas del mismo sexo no ofrece ese aporte fundamental a la sociedad, y si quienes han decidido establecer una convivencia desean tutelar situaciones jurídicas de interés recíproco "pueden recurrir al derecho común, sin que sean creadas arbitrariamente leyes nuevas, que además son injustas".
En este caso, monseñor Sánchez Espinosa cree que conceder el derecho de adoptar niños a parejas del mismo sexo constituye una flagrante violación a los derechos de los niños, reconocidos por la Convención Internacional de la Organización de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño.