(CNA/InfoCatólica) Un bebé nacido en el Reino Unido ha sido calificado como «un pequeño milagro» por ser el primer niño en el país que nace de una madre con un útero donado.
La madre del bebé, Grace Davidson, nació sin un útero funcional y se sometió en 2023 a un trasplante en el que recibió el útero de su hermana. En ese momento, fue el único trasplante de útero exitoso en el Reino Unido. Dos años después, Davidson dio a luz a su primer hijo —fruto de su matrimonio— mediante fecundación in vitro (FIV).
Si bien la Iglesia Católica alienta ciertos tratamientos de fertilidad —específicamente el uso de la tecnología NaPro—, el uso de la fecundación in vitro es contrario a la enseñanza de la Iglesia. El Catecismo de la Iglesia Católica (n.° 2377) declara que la FIV es «moralmente inaceptable» porque separa el acto conyugal de la procreación y establece «la dominación de la técnica» sobre la vida humana.
La Iglesia también se opone a métodos como la donación de útero, ya que la FIV es el único medio por el cual una mujer puede quedar embarazada en estos casos.
En una entrevista concedida a Montse Alvarado, presidenta de EWTN News, en el programa «EWTN News Nightly», Joseph Meaney, expresidente y miembro sénior del National Catholic Bioethics Center, abordó las preocupaciones éticas en torno a la práctica de la donación de útero y su relación con la fecundación in vitro.
«El trasplante de órganos requiere una serie de condiciones para ser éticamente aceptable», afirmó Meaney durante la entrevista del 9 de abril. «Una de ellas es que el procedimiento sea proporcionado en cuanto a los riesgos y los beneficios. Y los trasplantes de útero, en realidad, son bastante peligrosos».
«El otro problema —y diría que el principal problema ético del trasplante uterino— es que obliga al uso de la FIV para lograr el embarazo. No es posible lograr un embarazo natural. Es necesario crear embriones en un laboratorio para lograr estas gestaciones».
Otra posible preocupación derivada de estas cirugías es que podrían allanar el camino a intervenciones en personas transgénero —por ejemplo, el trasplante de un útero en un varón biológico—. Aunque esto aún no ha ocurrido, Meaney señaló que «hay personas que lo están considerando».
«Está en una etapa teórica, pero creo que hay quienes desean hacerlo, lo cual, por supuesto, también sería tremendamente inmoral», añadió.
Meaney subrayó que «desde 2014, ha habido 100 casos de niños nacidos mediante úteros trasplantados».
Esta práctica, explicó, comenzó en Suecia, pero ahora también se está realizando en Estados Unidos.
«Definitivamente está cobrando impulso y se está haciendo en más partes del mundo», comentó.
A medida que la administración Trump trabaja para hacer más accesible la FIV, Meaney expresó su preocupación por un posible aumento de esta práctica.
«Esto forma parte de toda esa industria de la FIV. No solo se utiliza a mujeres sustitutas, sino también úteros sustitutos en el sentido de realizar estos trasplantes de órganos. Creo que eso forma parte de la agenda en torno al tratamiento de la infertilidad mediante métodos altamente inmorales», concluyó Meaney.
Puede ver la entrevista completa con Meaney en «EWTN News Nightly» aquí.