(LSN/InfoCatólica) El miércoles, el doctor Eithan Haim compareció ante el Comité Judicial de la Cámara de Representantes de Estados Unidos para denunciar las prácticas médicas que presenció en el Texas Children’s Hospital (TCH), donde trabajó como cirujano general. Según relató, fue testigo directo de cómo se administraban bloqueadores hormonales, hormonas cruzadas y se realizaban mastectomías a menores con disforia de género, incluidos niños con autismo u otros problemas psiquiátricos graves, sin las debidas garantías clínicas.
Haim, quien actuó inicialmente como denunciante anónimo en una investigación del periodista Christopher Rufo en 2023, fue posteriormente acusado por el Departamento de Justicia por presunta revelación de datos confidenciales, aunque el caso fue desestimado tras el cambio de gobierno en enero de 2025.
Se les intervenía para enfermarles
Durante su intervención en el Congreso, el doctor afirmó que estas prácticas han causado daños físicos y psicológicos irreversibles a menores:
«Entiendo y he visto los efectos de estos bloqueadores, de estas hormonas y de estas cirugías. Operábamos para curar a niños, pero en la misma sala se les intervenía para enfermarles. Se les condena a una vida de pacientes crónicos. ¿Podría seguir llamándome médico si no denunciara esto?»
Explicó que los bloqueadores de la pubertad eran administrados mediante inyecciones o dispositivos implantados quirúrgicamente, especialmente en menores con dificultades para tolerar inyecciones debido a comorbilidades psiquiátricas:
«He implantado estos dispositivos en casos médicos legítimos, como pubertad precoz, pero en este contexto se usan para impedir que el menor atraviese su pubertad natural. Esto altera de forma irreversible el desarrollo óseo, provoca esterilidad y otros cambios físicos permanentes.»
Haim también detalló el uso fraudulento de códigos médicos para ocultar la verdadera naturaleza de los tratamientos ante las aseguradoras, tanto públicas como privadas. Según explicó, se utilizaban guías elaboradas por grupos activistas para camuflar estos procedimientos como si fueran tratamientos convencionales:
«Estos documentos enseñan a los médicos cómo hacer que los seguros paguen sin revelar que es para disforia de género. Es una guía para cometer fraude médico».
Durante la misma sesión testificó Vanessa Sivadge, antigua enfermera del TCH, quien corroboró el testimonio de Haim. Sivadge declaró que el hospital utilizaba diagnósticos erróneos para justificar intervenciones, modificaba historiales médicos para reflejar la identidad de género preferida en lugar del sexo biológico y obtenía autorizaciones de Medicaid en violación de la legislación estatal.
Las declaraciones de ambos ex empleados se suman a un creciente debate sobre los riesgos y consecuencias de los tratamientos afirmativos en menores con disforia de género. Estudios recientes señalan que más del 80 % de los menores con esta condición superan sus síntomas en la adolescencia sin necesidad de intervenciones médicas, mientras que los tratamientos hormonales y quirúrgicos no han demostrado eficacia en la reducción de tasas de suicidio o autolesión, pudiendo incluso agravarlas.
La administración Trump ha tomado medidas en los últimos años para restringir la financiación federal a hospitales que participan en este tipo de tratamientos para menores.
🧵NEW: Eithan Haim, the surgeon who blew the whistle on Texas Children's Hospital testifies to Congress
— Mairead Elordi (@JohnsonHildy) April 9, 2025
Haim described horrors of trans procedures, like stool leaking into the "neovagina" or urethras closing up
"They are destroying the lives of these children."@realDailyWire pic.twitter.com/qariactqqJ