(InfoCatólica) La práctica del cristianismo en el Reino Unido vive una etapa de transformación discreta pero significativa. Según el informe The Quiet Revival, publicado esta semana por la Sociedad Bíblica, la asistencia mensual a las iglesias —sin contar bodas, funerales ni bautizos— ha pasado del 8 % al 12 % de la población adulta entre 2018 y 2024. En términos absolutos, el incremento supone un salto de 3,7 a 5,8 millones de personas.
Rostro joven, masculino y católico
Este crecimiento, que desafía el relato dominante de declive religioso, tiene un rostro claro: es joven, masculino y, cada vez más, católico. Entre los jóvenes de 18 a 24 años, la asistencia mensual a una iglesia ha subido del 4 % al 16 %. En el caso de los varones en este grupo de edad, la cifra alcanza el 21 %, frente al 12 % de las mujeres. Este grupo etario se ha convertido ya en el segundo más proclive a asistir regularmente a servicios religiosos, solo superado por los mayores de 65 años.
El auge no se ha producido en todas las confesiones por igual. La Iglesia de Inglaterra y la Iglesia en Gales, que en 2018 representaban el 41 % de los asistentes regulares, han caído al 34 % en 2024. Mientras tanto, los católicos han subido del 23 % al 31 %, y los pentecostales del 4 % al 10 %. Entre los menores de 35 años, los católicos ya duplican a los anglicanos (41 % frente a 20 %), y los pentecostales (18 %) amenazan con relegar a estos últimos al tercer puesto.
Según el informe, esta transformación religiosa se produce a pesar de una profunda secularización de la sociedad británica, que se aceleró en las últimas décadas. En el censo de 2021, el número de personas que se identificaban como cristianas cayó por primera vez por debajo del 50 %, hasta el 46,2 %, debido sobre todo al aumento de quienes dicen no tener ninguna religión.
Primer gran estudio sobre la práctica religiosa
Sin embargo, como subraya la directora de investigación de la Sociedad Bíblica, la doctora Rhiannon McAleer, este estudio no se centra en la identidad religiosa declarada, sino en la práctica real del cristianismo. «Es la primera gran investigación que mide cómo se vive la fe, más allá de las etiquetas. Y por esa medida, la Iglesia está viviendo un momento de crecimiento y cambio emocionantes», sostiene.
Uno de los aspectos más destacados del informe es la diversidad creciente entre los fieles. Aunque los cristianos de minorías étnicas representan el 19 % del total de practicantes, el porcentaje se eleva al 32 % entre los menores de 54 años. Esta tendencia está especialmente marcada entre los más jóvenes, muchos de los cuales son hijos de inmigrantes con una vivencia religiosa activa.
Además, el estudio señala que muchos jóvenes muestran no solo interés, sino una clara apertura hacia la espiritualidad. El 51 % de los jóvenes de 18 a 24 años afirma haber participado en alguna actividad espiritual en los últimos seis meses. Un 40 % reza al menos una vez al mes y un 33 % asegura creer con certeza en Dios o en un poder superior. Asimismo, el 23 % de los jóvenes afirma rezar diariamente, cifra que supera la media nacional, situada en el 17 %.
Lectura de la Biblia
La lectura de la Biblia sigue siendo un indicador importante de compromiso religioso. El 67 % de los cristianos practicantes dice leerla al menos una vez por semana fuera del contexto litúrgico. No obstante, hay diferencias marcadas entre confesiones: mientras que los baptistas, evangélicos independientes, nuevas iglesias y pentecostales alcanzan niveles de lectura semanal en torno al 90 %, los anglicanos y católicos se sitúan en el 61 % y el 56 %, respectivamente.
El informe también señala un cierto desafío en materia de formación: un tercio de los fieles reconoce tener dificultades para comprender la Biblia o hablar de ella con otras personas. Esto, unido al dato de que el 35 % de los jóvenes interesados en las Escrituras afirman que su fe se ve debilitada por algunos pasajes, lleva a los autores del informe a recomendar una mayor inversión en el discipulado bíblico.
Uno de los hallazgos más llamativos de The Quiet Revival es el papel clave que juegan las relaciones personales. El 31 % de los adultos no practicantes acudiría a la iglesia si un familiar o amigo de confianza se lo propusiera. Entre los jóvenes de 18 a 34 años, esta cifra asciende al 34 %. De igual manera, el 22 % de los jóvenes no practicantes leería la Biblia si se lo recomendase un ser querido, frente al 13 % que lo haría por consejo de una figura pública.
Salud mental y religión
Más allá de las cifras, el informe contextualiza este renacer religioso en una realidad social preocupante: la creciente fragmentación social y la crisis de salud mental, especialmente entre los jóvenes. Para muchos, la Iglesia aparece como un lugar donde encontrar sentido, pertenencia, consuelo y comunidad.
El documento concluye con cuatro recomendaciones clave: que las instituciones políticas y sociales reconozcan el papel de los cristianos practicantes en la vida pública; que las iglesias refuercen la formación bíblica; que se fomente el diálogo intergeneracional en las comunidades religiosas; y que se valore la importancia de las relaciones personales auténticas en la transmisión de la fe.
«Nuestro 'despertar silencioso' no se basa en liderazgos carismáticos ni en influencia política», afirma Paul Williams, director ejecutivo de la Sociedad Bíblica, en el prólogo del informe. «Se trata de una transformación profunda de las suposiciones sociales sobre el cristianismo y de cómo los cristianos se perciben a sí mismos».
Aún no se recuperan las cifras previas a la pandemia
Aunque aún lejos de las cifras previas a la pandemia —la asistencia dominical católica se sitúa actualmente en unas 555.000 personas frente a las 702.000 de 2019—, los datos apuntan a una recuperación en curso. El profesor Stephen Bullivant, de la Universidad St Mary’s de Londres, asegura que, aunque las proyecciones pasadas preveían la extinción del catolicismo en el Reino Unido, «los rumores sobre la muerte de la Iglesia han sido enormemente exagerados».
En sus palabras, «el catolicismo británico puede que no esté rebosante de vida nueva, pero desde luego está lejos de desaparecer».