(InfoCatólica) La Iglesia católica atraviesa un tiempo de profunda transformación y desafío. Así lo percibe el arzobispo de San Francisco, monseñor Salvatore Cordileone, quien en en su artículo publicado en el National Catholic Register alerta sobre un fenómeno que, a su juicio, constituye la causa subyacente de muchas de las crisis actuales: la pérdida del sentido de lo sagrado, muy particularmente en la liturgia.
Una raíz común: la pérdida del sentido de lo sagrado
El prelado californiano enumera problemas como el descenso en el número de matrimonios, bautizos y vocaciones sacerdotales, la fragmentación familiar, el alejamiento de los jóvenes de la práctica religiosa, el impacto de los escándalos de abusos, la confusión doctrinal en temas sensibles y la influencia de las redes sociales como «magisterio alternativo». Frente a todos ellos, Cordileone identifica un denominador común: «la pérdida del sentido de lo sagrado, y sobre todo, en la manera en que los católicos adoran».
En su opinión, este deterioro del culto sagrado ha provocado que muchas personas, especialmente jóvenes, no lleguen a tener un verdadero encuentro con Cristo en la Eucaristía. «Está claro que demasiados jóvenes católicos de la nueva generación no se están encontrando con Jesús en la Eucaristía. Si así fuera, no le abandonarían para unirse a otras religiones o dejarse absorber por la cultura secular», advierte el arzobispo.
Encuentro litúrgico internacional en California
Como respuesta a la situación, ha convocado la Fons et Culmen Liturgy Summit, una cumbre litúrgica que se celebrará del 1 al 4 de julio en el Seminario de San Patricio, en Menlo Park (California), organizada por el Instituto Benedicto XVI para la Música Sagrada y el Culto Divino, que él mismo preside, y el Instituto Católico de Música Sagrada. La cita reunirá a cardenales, obispos, teólogos, expertos en música sacra y destacados laicos católicos de todo el mundo.
Una de las figuras más destacadas será el cardenal Robert Sarah, prefecto emérito del Dicasterio para el Culto Divino, quien ofrecerá no solo intervenciones formales desde el atril, sino también valiosos intercambios informales con los asistentes; el cardenal Seán O’Malley, arzobispo emérito de Boston, abordará la relación entre liturgia y pobreza en una ponencia titulada «El Señor escucha el clamor de los pobres»; Dom Benedict Nivakoff, abad benedictino de Norcia, reflexionará sobre el ayuno eucarístico tradicional como herencia ascética; y también intervendrá el obispo Earl Fernandes, de Columbus (Ohio), considerado, según asegura Mons. Cordileone, una de las figuras más dinámicas de la llamada “generación Juan Pablo II”.
Durante los cuatro días del encuentro se celebrarán tres misas pontificales solemnes y tres vísperas solemnes, siguiendo los principios litúrgicos del Concilio Vaticano II, con especial énfasis en el canto gregoriano y la polifonía sagrada. El objetivo es mostrar cómo una liturgia bien cuidada y reverente puede renovar la vida eclesial y evangelizar tanto a los católicos como a quienes se han alejado de la fe.
Una liturgia que eleva el alma a Dios
Cordileone sostiene que la renovación litúrgica no debe ser una fuente de división si se lleva a cabo con «una catequesis adecuada y sensibilidad pastoral». En este sentido, relata su propia experiencia como párroco al introducir prácticas como un código de vestimenta para ministros laicos o la vigilancia en la distribución de la Comunión para prevenir abusos. Estas medidas, afirma, produjeron una mayor conciencia entre los fieles del carácter sagrado de la misa.
De rodillas ante el Señor
Asimismo, destaca la reintroducción del gesto de comulgar de rodillas en la catedral de San Francisco, facilitado por la instalación de reclinatorios, como un ejemplo de desarrollo litúrgico «orgánico» que permite a los fieles experimentar prácticas tradicionales sin imposiciones.
Más significativa aún fue la decisión de celebrar la liturgia ad orientem, es decir, con el sacerdote orientado hacia el altar junto con el pueblo durante la plegaria eucarística. Esta medida, también aplicada progresivamente y con explicación previa, fue bien acogida. «El sacerdote no da la espalda al pueblo, sino que lidera al pueblo en su marcha hacia el encuentro con Cristo resucitado», escribe el arzobispo.
La Misa es el sacrificio de Cristo
En su artículo, Cordileone recuerda que, para los católicos, la misa no es solo un recuerdo de la última cena o una celebración comunitaria, sino la actualización real del sacrificio de Cristo en la cruz, y el momento en que Jesús se hace presente en la Eucaristía. Por ello, concluye que es necesario recuperar expresiones litúrgicas que ayuden a los fieles a entrar en este misterio con reverencia y fe viva.
«Es alentador ver cómo tantos jóvenes se sienten atraídos por las prácticas clásicas del catolicismo, que expresan eficazmente las realidades trascendentes», afirma el prelado. Y concluye con una invitación: «Es hora de reconstruir con confianza sobre una base sólida, incluso de rodillas ante Nuestro Señor Jesucristo».
I write: "Clearly, too many of our next generation of Catholics are not meeting Jesus in the Eucharist. If they were, they would not abandon him to join other religions, or..the secular culture." https://t.co/YVfPArGX2N
— Archbishop Salvatore J. Cordileone (@ArchCordileone) April 7, 2025