Un potente terremoto de magnitud 7.7 en la escala Richter sacudió el centro de Myanmar hoy a las 12:50 hora local (6:20 GMT). El epicentro se localizó a 16 kilómetros al noroeste de Sagaing, cerca de Mandalay, la segunda ciudad más grande del país, a una profundidad de 10 kilómetros, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS). Minutos después, una réplica de magnitud 6.4 golpeó la misma zona, intensificando el impacto.
(Agencias/InfoCatólica) En Myanmar, el sismo ha causado devastación significativa. El número de fallecidos podría superar los doscientos. Edificios, carreteras y puentes han colapsado, incluyendo un puente histórico en Sagaing y partes del Palacio Real de Mandalay. En Naypyidaw, la capital, un hospital de 1,000 camas sufrió daños, y los heridos están siendo atendidos en la calle debido a la saturación. Testigos describen escenas caóticas, como el derrumbe de un edificio de cinco pisos en Mandalay y personas atrapadas bajo escombros, por ejemplo, en una tienda de té. La Cruz Roja y la ONU han activado respuestas de emergencia, pero la guerra civil y el control fragmentado del país complican la llegada de ayuda.
Afecta a países vecinos
El terremoto se sintió en países vecinos. En Tailandia, especialmente en Bangkok (a 1,000 km del epicentro), un rascacielos en construcción colapsó, dejando al menos 3 muertos y decenas de desaparecidos (cifras varían entre 50 y 81 atrapados). La capital tailandesa fue declarada zona de emergencia, aunque la situación comienza a estabilizarse, según la primera ministra Paetongtarn Shinawatra. No hay riesgo de tsunami. En China, en la provincia de Yunnan, se reportaron temblores y daños menores en ciudades fronterizas como Ruili.
La falla de Sagaing, donde ocurrió el sismo, es conocida por su actividad tectónica. Este es el terremoto más fuerte en Myanmar desde 1946. Las autoridades birmanas han pedido ayuda internacional y donaciones de sangre, mientras los equipos de rescate siguen trabajando.
(Noticia en desarrollo)