Un párroco alemán entiende que los padres no quieran que sus hijos se confiesen
Recreación con IA

«No queremos hacerles sentir culpables, sino mostrarles en qué pueden mejorar»

Un párroco alemán entiende que los padres no quieran que sus hijos se confiesen

Sven van Meegen, párroco de Ellwangen an der Jagst, en el estado alemán de Baden-Wurtemberg, prepara cada año a los niños de su parroquia para recibir el sacramento de la penitencia y la primera comunión. En una entrevista con dice entender a los padres que no quieren que sus hijos se confiesen, pero a la vez indica que ya no se confiesa como antes y por ello sería una lástima retirar ese sacramento a los más pequeños.

 (KNA/InfoCatólica) Sven van Meegen dirige la unidad pastoral de Ellwangen an der Jagst, localidad situada en el estado federado de Baden-Wurtemberg, al sur de Alemania, y es el encargado de guiar a los niños en su camino hacia la primera confesión y comunión. Para él, se trata de un proceso comunitario que implica a los catequistas, al equipo pastoral y a las familias. Es consciente de que algunos padres tienen reservas: «Puedo entender a quienes rechazan la confesión y no ven a sus hijos bien acogidos en ella», reconoce.

El sacerdote admite errores del pasado en la práctica de la confesión, cuando se imponían esquemas rígidos o se ejercía presión sobre aspectos íntimos: «Se cometieron muchos daños por sacerdotes mal formados o poco preparados». Sin embargo, insiste en que el sacramento tiene un gran potencial: «Prefiero llamarlo sacramento de la reconciliación. Sería una lástima que elimináramos la confesión infantil».

Van Meegen sostiene que los niños ya tienen cierta conciencia moral: «Viven conflictos en casa o en el colegio y perciben la injusticia». Por ello, durante la preparación, reflexionan sobre el perdón y los caminos de la reconciliación: «No queremos hacerles sentir culpables, sino mostrarles en qué pueden mejorar, fortaleciendo sus talentos». De la gracia de Dios no dice nada

Día de la reconciliación

Uno de los rituales que emplean es la creación de un «corazón de confesión» en papel, donde los niños escriben lo que hacen bien y aquello que desean cambiar. Lo comparten con sus familias y lo llevan al «día de la reconciliación», en el que se reúnen en torno al altar, decorado con velas, telas, flores y una cruz. Tras una conversación común, los niños pueden acercarse individualmente a confesarse con el sacerdote, mientras los demás participan en dinámicas grupales con el equipo de comunión.

El ambiente, subraya, es abierto y sin presión: «Nos sentamos frente al altar, con el corazón de papel como punto de partida. Hablamos sobre lo que preocupa al niño y terminamos pidiendo juntos la bendición de Dios». La confesión concluye con una oración en silencio y el encendido de una vela. «Siempre me emociona ver a un niño salir sonriente del encuentro», afirma.

Después, todos celebran juntos una fiesta de la reconciliación. Para van Meegen, ese momento es tan emotivo como la propia primera comunión: «Cuando los niños se abrazan con sus padres, se valora el camino hecho. La confesión despierta gratitud y reconocimiento mutuo».

¿Confesiones en casa?

Aunque el derecho canónico establece que el sacerdote es quien administra el sacramento, van Meegen permite que el diálogo sobre el corazón de papel tenga lugar con catequistas u otros miembros del equipo pastoral, si el niño así lo prefiere. Incluso, destaca la posibilidad de que las familias organicen un rito de reconciliación en casa: «Dios se hace presente también allí».

Recuerda un caso en el que un grupo entero de padres se oponía a que sus hijos se confesasen. Tras explicarles su enfoque sin imposiciones, todos los niños decidieron participar. «Eso me hizo ver la importancia que tiene la reconciliación para ellos», comenta.

Su propia experiencia fue positiva: «Tuve la suerte de vivir buenas confesiones, acompañado de mi abuela». Hoy, como sacerdote, busca crear un ambiente de escucha: «A veces soy como un cubo de basura donde la gente descarga lo que le pesa. Está bien. Hay quien necesita apoyo psicológico o terapéutico, y lo derivo».

Dice que la vida sexual no es materia de confesión

También pone límites cuando lo cree necesario: «Si alguien me quiere hablar de su vida sexual creyendo que eso forma parte del pecado, le indico que ese no es el lugar». Para él, lo esencial es que las personas puedan reconocer errores y dar pasos hacia la paz: «Dios es misericordioso y camina con nosotros. Si los niños pueden experimentar eso a través de la confesión, es algo muy valioso».

 

 

24 comentarios

JSP
1. Un poquito de por favor, que estamos en Cuaresma: a ver quién le pone el cascabel al gato.
2. En el Infierno no se siente que uno es culpable, lo sabe. Pero, ya es tarde, en vida temporal no, el Pecado no tiene la última palabra. ¿Para qué la Cruz en la Santa Misa?
3. Sacerdote y padres, recordad la Palabra de Dios: quien aparte a uno de estos pequeños de Mí, más vale que le aten al cuello una soga a una rueda de molino y lo arrojen al mar.
4. El mayor obstáculo en la unión con Dios es Satanás y sus demonios, y la mejor exorcización de liberación y sanación para el bautizado es el Sac. Confesión y Eucaristía.
5. El Diablo interfiere en la oración, la plegaria y la meditación, impidiendo llegar a la culminación de la experiencia mística.
6. Retuerce y pervertierte la contemplación con la soberbia, la prepotencia y el envilecimiento.
7. El místico se desenvuelve en una dura lucha durante los estadios por los que va atravesando su alma. El Diablo puede apoderarse del cuerpo del hombre y de su sensibilidad interna para influir sobre el espíritu.
27/03/25 10:16 AM
Marta de Jesús
Este chiste no me hace gracia. Es como lo del boli rojo para las correcciones escolares. El verde no les trauma. El rojo sí. No sé si reírme. Pero la verdad es que no capto la gracieta.

Es mucho más claro el término confesión. Solo ocurriría la reconciliación en caso de hacerse de modo sincero, etc.

Los pecados sexuales, como todas las demás corrupciones humanas, como todos los otros pecados en los que haya podido haber caído el confesante, es de obligada confesión. Vaya cosa.

Los niños, de modo adecuado a su edad, pueden irse dando cuenta de la gravedad de pecar y de la importancia de luchar contra el pecado, confiando en Dios. Obviamente respetando el momento evolutivo y la persona, pero también respetando el Sacramento. Recuerdo mis primeras confesiones, y fueron precisamente las más sinceras las que calaron más hondo. Tratar el tema como si fuera un trámite administrativo sin importancia, devalúa su verdadero sentido.
27/03/25 10:35 AM
Marta de Jesús
Interesante el primer punto de JSP.
Eso para quienes pretendían inventarse un infierno como si fuera un purgatorio. También lo hacen con esta vida terrena. En el infierno no existe arrepentimiento ni sentido de culpabilidad. En el purgatorio sí. En muchas personas en vida les pasa lo mismo que en el infierno, salvando las distancias. #Estar purificándose y estar destruyéndose es lo opuesto#. En el purgatorio les duele no poder ver todavía a Dios. En el Infierno no tienen ningún interés por acercarse a Dios. Alaban su Justicia, luego es Justo, pero no aceptaron su Misericordia. En el purgatorio no hay blasfemias. En el infierno es lo que hay.
27/03/25 10:42 AM
Fred
La Generación de cristal o infantilizar a todos hasta que sean abuelos.
La realidad es que el sentimiento de culpabilidad es muy natural en los niños, por tanto quitarles este sentido de culpa es hacerles irresponsables de sus actos, y malcriar a unos niños caprichosos.
Esta forma de deseducar lleva a toda una generacion a descargar su responsabilidad en los demas o en el Estado, o sea borregos al 100%
27/03/25 10:46 AM
Julius
"… ya no se confiesa como antes…" Lamentablemente es así. Ahora se ven pocos sacerdotes confesando en los confesonarios de la iglesias.

Yo me confesé por primera vez hace más 50 años, estoy muy agradecido y sigo agradeciendo a Dios que me siga perdonando.
27/03/25 11:07 AM
JSP
1. Un recordatorio: el Padre Pío pasaba 17 horas de las 24 sentado confesando a los fieles, niños también.
2. Pues, tenía el carisma de ver los pecados de los fieles.
3. El que se confesaba con él salía bien confesado, libre de Satanás y sus demonios, para sanar en la Eucaristía, porque por medio de su carisma te recordaba el pecado olvidado. De ahí, que no debemos dejar transcurrir mucho tiempo entre confesión y confesión.
4. Pero, los Confesionarios están missing o vacíos, bien porque los fieles se consideran "santos", bien porque algunos "santos" Sacerdotes no quieren confesarte.
5. Es como quitar el Reclinatorio, pues esos mismos "santos" Sacerdotes no quieren que te arrodilles, y, si es en la mano, mejor. Y muchos fieles "santos" ni protestan. A todo que si, aunque vaya contra la Fe, Moral y Costumbre católica.
6. Lucifer también va al Confesionario con forma humana.
7. El Padre Pío, visto por un hijo espiritual suyo, le invitó a ponerse de rodillas, a lo que contestó: "No puedo." El confesor pensaba que estaba enfermo, le preguntó por los pecados y éste le confesó todos los del mundo. El confesor antes de darle la absolución le pidió que inclinase la cabeza, y dijo: "No puedo". ¿Acaso cuando te pones el pantalón no inclinas la cabeza? El hombre miró al Sacerdote con desdén y respondió:"Yo soy Lucifer, en mi reino no hay dobleces".
27/03/25 12:12 PM
templario
Quien no se confiesa NO recibe el perdón de los pecados, ni la ayuda divina para NO volver a caer. Todo Sacramento fue instituido para ayuda de los hombres, para vencer las concupiscencias o consecuencias del pecado original. Quienes rechazan los sacramentos están rechazando el plan de salvación de Dios. Fue el propio Jesucristo quien instituyó el sacramento de la penitencia.
S. Juan 20,22: 22 Diciendo esto, sopló y les dijo: Recibid el Espíritu Santo;'
23 a quienes perdonareis los pecados, les serán perdonados; a quienes se los retuviereis, les serán retenidos.'
Non Nobis
27/03/25 12:22 PM
Alberto
Todo se aprende. Es un error que un adulto con pensamiento adulto se ponga en el lugar de un niño para saber qué es lo mejor para él. Un niño debe saber lo que está bien y lo que está mal y si aprende desde pequeño a reconocer frente a los demás que ha cometido un error y se compromete a no volver a cometer el mismo error, ese niño puede ser un adulto justo y un buen ciudadano. Si un niño no confiesa cuando es pequeño, le resultará más difícil hacerlo cuando sea adulto.
27/03/25 12:51 PM
Francisco Javier
Pues yo prefiero los esquemas rigidos de antes, pecado es pecado .
27/03/25 1:38 PM
Penc
El maligno encarnado en forma de sacerdote, pensaban que iba a oler mal? Verse feo? O ser malsonante? Pues no, miren como conduce almas al infierno sutilmente y deja una mala idea en aquellos que no acercan a el para que desde casa se corrompan también.

No pueden continuar así en Alemania, desnaturalizando todo!
27/03/25 1:57 PM
tuti
Encuentro en el articulo varias cosas llamativas... el buenismo impreso en todo el pensamiento que se plasma es evidente.... y lamentable a la vez... entre otras cosas ".... le indico que ese no es el lugar" si ese no es el lugar para confesar pecados entonces cual es????..... " soy como un cubo de basura, donde la gente descarga lo que le pesa..." el símil además de inapropiado y despectivo con la sacralidad del sacerdocio indica poco respeto hacia la misión durísima entiendo y a la vez sublime del sacerdocio que Nuestro Señor estableció solo para valientes claro.... "donde la gente descarga lo que le pesa..." claro, off course, desde luego los pecados pesan y mucho!!!!
27/03/25 2:11 PM
Maximiliano
El querer denominar a la Confesión como de " reconciliación " es un modernismo inaceptable, como comulgar la Forma Consagrada en la mano, cuando es nada menos que el CUERPO y la SANGRE de CRISTO, y por tanto no es una galleta. El sacramento hay que denominarlo de la penitencia, que permite a las personas recibir el perdón de sus pecados. ¡¡ De alemania tenía que ser ¡¡. Señor cura, enterese, la confesión es el mejor exorcismo, donde el sacerdote aplica la Sangre de CRISTO para el perdón de los pecados, y aleja al maldito satanás evitando así la tentación. El que camina enloquecido pecando, si se muere sin arrepentirse se va directamente al infierno, siendo un " lugar " de sufrimiento y desesperación. El demonio existe en contra de lo que dijo el superior de los Jesuitas que dijo que no existía. Un pecador - con tantos pecados como las arenas de una playa - si confiesa sus pecados, con propósito de enmienda o de no volver a pecar DIOS lo acoge nuevamente al instante. Comulgar en pecado mortal es un horrible sacrilegio. ¡¡ Hay curas que le tienen miedo al diablo y en los seminarios no es un tema a tratar ¡¡. Hablen del pecado y de la condenación eterna que no tiene fin. Basta de buenismos.
27/03/25 2:11 PM
Charo Burgos
Yo le agradezco a mi madre que siempre me decía que confesara frecuentemente, y me daba un buen ejemplo. Nunca he olvidado la gran fe que tenía, y lo que ella me enseñó de la religión católica. Me influyó más que el colegio religioso al que acudí desde los cuatro años hasta los diecisiete... La familia es decisiva en la educación religiosa de los hijos.
27/03/25 2:15 PM
Gema
La importancia de la CONFESIÓN es de tal grave importancia, ya que, sin estar en Gracia de DIOS los jóvenes y los adultos están despojados de la coraza de la gracia de DIOS y por lo tanto caen pecados gravísimos. ¡¡¡ Todo pecado se vence al instante estando en gracia de DIOS, y por tanto con la confesión ". Uds., curas, o pocos, no hablan del maligno en las Misas, ni avisan que comulgar en pecado mortal es terrible. Son inmensas las colas de los que se acercan a comulgar, con la contradicción de que los confesionarios sin penitentes. ¿ Que es lo que pasa ?, pues que cometen sacrilegio.
27/03/25 2:23 PM
Oscar
Modestamente, comprendo que ha habido abusos de autoridad en el pasado que han podido traumatizar a una determinada cantidad de fieles. Mejorar en esto es bueno. Desvirtuar la confesión, no.

Es falso que haya que descartar el concepto de pecado para no sentir culpa, porque la culpa es la otra cara de la libertad, no puede no existir. Pero si no sabemos lo que Dios nos pide, entonces nos sentiremos culpables por cosas como el cambio climático, la superpoblación, la guerra de Ucrania o lo que las élites digan en cada momento. Prefiero seguir a Dios, saber exactamente qué está mal y confesarme sólo de ello, y no de lo que las élites digan que está mal.
27/03/25 2:40 PM
Feligres
Me alegra saber que fomenten la confesion desde niños . No hay que anular ese sacramento por ser chicos por el contrario hay que acercarlos y motivarlos a reconocer las faltas, pedir perdon, mejorar y que sepan que pase lo que pase Dios no rechaza un corazon contrito y humilde.
27/03/25 3:17 PM
Jorge Cantu
En lugar de andar buscando pretextos para aguar o destruir los sacramentos y la vida cristiana en general, es mejor hacer campañas intensivas de catequesis para todas las edades. No hay fruto porque la siembra es miserable.
27/03/25 9:17 PM
Ricardo de Argentina
¿De donde sacó eso de que no hay pecados sexuales?
27/03/25 10:33 PM
Mª Pilar
Que pena. Ahora se va a por el sacramento de la Confesión y parece algo impulsado. Se suceden noticias parecidas de "ataques" a la confesión. Y los "ataques" no solo vienen desde fuera de la Iglesia, sino también de dentro de la Iglesia, como es el caso de esta noticia.
En la Iglesia fieles e incluso sacerdotes parecieran haber interiorizado el argumentario en contra de la confesión de quienes son hostiles a la Iglesia. Y al parecer han olvidado la doctrina católica, sobre el sacramento de la confesión, el pecado, la penitencia, el cielo, el infierno, el purgatorio.....
Seria bueno que se leyesen el Catecismo para recordarlo.
Los niños de comunión de hace unas décadas parecían tener nociones mas claras y ortodoxas con el Magisterio y la Tradición que ciertos sacerdotes actuales.
Contemplar este panorama es un padecimiento para cualquier cristiano medianamente sensible. Lo tendremos que vivir con sentido de penitencia, expiación y reparación. Dios nos ayude.
28/03/25 12:08 AM
Manuel Pérez
Creo que es mucho barco para poco marinero.

Me explico:

El sacerdote parece verse abrumado ante el rechazo de la confesión por parte de los padres, e idea posibles alternativas o, mejor, variantes, para superar ese rechazo y que los niños no pierdan la gracia del sacramento. Es decir, que actúa con buena intención.

Pero...

Incurre en errores. Su despiste se ve, por ejemplo, en la negación de que existan pecados sexuales, lo que es incluso ridículo. Por otro lado, no se menciona ninguna iniciativa para formar a esos padres confundidos. Es una pena que, en lugar de asumir el esfuerzo pedagógico necesario para exponer íntegramente la verdad, se dedique a hacer recortes. Quizás sea indicio de una falta de fe en la acción del Espíritu Santo.
28/03/25 8:42 AM
Anónimo
Cualquier niño sabe que no es perfecto y que hay cosas que hace mal.

Y puede entender que la confesión es el sacramento por el que Cristo perdona tus faltas y fallos y te da la fuerza para mejorar.

¿Que trauma puede haber en esto?
28/03/25 9:00 AM
Marta de Jesús
De cristal somos todos. Débiles. Sabemos del barro del que provenimos. La cuestión está en evitar los extremos. Ni romper el cristal porque sí, ni dejarlo débil a merced del mal. Lo auténticamente cristiano, sería templarlo, fortalecerlo. El excederse es más fácil para una parte, pues no requiere tanta paciencia, e incluso puede provenir de malas intenciones. Pero sería injusto para la otra parte. El otro extremo, el del defecto buenista, resultaría más fácil en principio para quienes se niegan a cambiar de vida, a vivir auténticas conversiones, pues no se ven obligados al esfuerzo que implica la purificación de verse acrisolados. Pero sería tremendamente injusto para los demás que se ven forzados a soportar el ambiente de *pecado obligatorio*, entiéndase, #persecución-martirio#.
Lo querido por Dios, el equilibrio entre ambas injusticias, es todo un reto. Perfectamente posible, pues Dios no pide imposibles. Él todo lo puede, siempre que le dejemos habitar en nosotros. Primero de todo es que la persona quiera, esté dispuesta. Ahí comienza el camino del cristiano, tanto personal como en cuanto a acompañantes de otros. La actitud de servicio a las personas que se acercan a la Iglesia y a la sociedad en general, implica no caer en déficits no purificantes, ni siquiera interpeladores, ni en excesos desesperantes. En caso de hacerlo eso también sería materia de confesión.
Cada uno coger su cruz y seguirle.
28/03/25 11:34 AM
Giacomo Arlecchi
Es el momento exacto para aprender a confesarse. La niñez. La culpa para cultura actual es algo inventado por el cristianismo que hay que desterrar dicen los wokes occidentales europeos y americanos anglosajones.
La culpa siempre existió provocada por el pecado que existió antes que cualquier religión y sociedad. Cristo vino a.liberarnos de ella mediante el bautismo y la reconciliación.
No hemos entendido Las Escrituras y el poder de Dios. Estamos en un grave error y moriremos en nuestros pecados. Lo dijo Jesucristo!
28/03/25 3:36 PM
M.M.T.
Ante todo lo importante es tener una conciencia recta y saber lo que es el pecado mortal con el cual no puedes comulgar hasta que te confieses y lo que es pecado venial y sí que puedes comulgar.
Los pecados de materia sexual casi siempre son materia grave, así que debe confesarse con naturalidad como cualquier pecado mortal, de lo contrario la confesión no sería válida. Nada de decir al penitente que no se confiese de esta materia porque de lo contrario no es confesión es ir a hablar y desahogarse. La confesión no es ir a hablar ni es un puro desahogo, la confesión es recibir la absolución de los pecados para estar en gracia de Dios.
Se requieren cinco condiciones que todos conocemos: examen de conciencia, dolor de los pecados, propósito de la enmienda, decir los pecados al confesor y cumplir la penitencia.
28/03/25 3:53 PM

Dejar un comentario



Los comentarios están limitados a 1.500 caracteres. Faltan caracteres.

No se aceptan los comentarios ajenos al tema, sin sentido, repetidos o que contengan publicidad o spam. Tampoco comentarios insultantes, blasfemos o que inciten a la violencia, discriminación o a cualesquiera otros actos contrarios a la legislación española, así como aquéllos que contengan ataques o insultos a los otros comentaristas, a los bloggers o al Director.

Los comentarios no reflejan la opinión de InfoCatólica, sino la de los comentaristas. InfoCatólica se reserva el derecho a eliminar los comentarios que considere que no se ajusten a estas normas.

Los comentarios aparecerán tras una validación manual previa, lo que puede demorar su aparición.