(LSN/InfoCatólica) En Misisipi, el gobernador republicano Tate Reeves firmó la ley HB 188, denominada oficialmente «Ley de Dignidad y Seguridad para Mujeres Encarceladas». La norma prohíbe que internos varones —incluidas personas trans que se identifican como mujeres— utilicen los vestuarios, dormitorios y baños en instituciones correccionales femeninas del estado.
«Los estados tienen el deber de proteger la privacidad, la seguridad y la dignidad de las mujeres», declaró Sarah Beth Nolan, asesora legal del Centro de Políticas Públicas de la organización Alliance Defending Freedom (ADF). Según Nolan, «permitir que los hombres ingresen a espacios destinados a mujeres es una invasión a la privacidad, una amenaza a su seguridad y una negación de las diferencias biológicas reales entre los dos sexos».
El mismo día, en Dakota del Sur, el gobernador Larry Rhoden, también republicano, firmó la ley HB 1259, una medida de características similares que impide el ingreso de varones a espacios femeninos —tales como baños, vestuarios y dormitorios— en escuelas públicas y edificios gubernamentales.
Rhoden afirmó que la norma «protege los valores de Dakota del Sur» y representa una defensa frente a la «agenda 'woke' que ha afectado a muchos otros lugares». Añadió que «Dakota del Sur es un lugar donde los valores de sentido común siguen siendo comunes, y estas leyes refuerzan ese hecho».
La HB 1259 también contempla mecanismos legales para que mujeres y niñas puedan presentar acciones judiciales si consideran que su privacidad fue vulnerada por la presencia de personas del sexo masculino en espacios reservados al sexo femenino, en caso de que las autoridades no hayan tomado medidas preventivas.
Desde la organización ADF, Nolan elogió también esta legislación: «Las mujeres y niñas no deberían verse obligadas a sacrificar su privacidad y seguridad por activistas que promueven la ideología de género. Permitir que hombres invadan los espacios de las niñas —como vestuarios, áreas para dormir o baños— destruye esos espacios». Añadió que la nueva ley «prioriza la privacidad y seguridad de cada niña en Dakota del Sur».
Ambas normativas forman parte de una ola legislativa impulsada por sectores conservadores en varios estados de EE.UU., en medio del debate nacional sobre los derechos de las personas transgénero y el acceso a espacios públicos según la identidad de género.
