(InfoCatólica) Durante los últimos cinco años, Monseñor Ceballos, obispo de Riohacha, ha identificado que La Guajira posee un alto potencial para convertirse en uno de los departamentos más prósperos de Colombia. Sin embargo, la región enfrenta una crisis estructural reflejada en el deterioro del agro, la industria, el turismo y el comercio, lo que ha generado la pérdida de la soberanía alimentaria. Además, la economía está dominada por la gran minería, sin una integración efectiva con otros sectores productivos.
Los problemas también se extienden al ámbito social e institucional: altos niveles de corrupción, desigualdad y falta de coordinación entre los actores políticos han dificultado la concreción de acuerdos para el progreso del departamento. En consecuencia, la protesta social se ha convertido en un fenómeno recurrente, con bloqueos de carreteras que evidencian la falta de soluciones a los problemas estructurales.
Diálogo social
Ante este panorama, diversas organizaciones de la sociedad civil, como el Comité Cívico por la Dignidad de La Guajira y el Frente Amplio de Usuarios de los Servicios Públicos, han lanzado una convocatoria a un diálogo amplio e incluyente. Este proceso busca un Gran Acuerdo por el Desarrollo de La Guajira, en el que participen sindicatos, comunidades étnicas, iglesias, la academia, partidos políticos, gremios productivos y medios de comunicación.
Como parte de este esfuerzo, Monseñor Ceballos ha aceptado el rol de facilitador del diálogo, inspirándose en la Doctrina Social de la Iglesia y en el magisterio del Papa Francisco. «Si pretendemos salir adelante como departamento, es necesario modificar cualitativamente esas relaciones hostiles por unas de cooperación y colaboración mutua», afirmó el obispo de Riohacha. También subrayó la importancia de «un debate serio y razonado sobre la economía, la corrupción y la inclusión social, con el fin de generar soluciones viables para el desarrollo sostenible de la región».
Energías renovables y pueblo wayuu
Uno de los puntos clave del debate es el impacto de los proyectos de energías renovables en las comunidades indígenas, particularmente en los wayuu. Si bien Colombia busca liderar la transición energética y reducir su dependencia del carbón, la implementación de estos proyectos ha generado polémica debido a la falta de consulta previa con las comunidades afectadas.
Los wayuu han denunciado que muchas consultas han sido manipuladas, sin una participación real de toda la comunidad, lo que ha generado divisiones internas. Además, la ocupación de tierras ancestrales para la instalación de parques eólicos y solares ha afectado sus modos de vida, limitando su acceso al agua y desplazando a familias sin una compensación justa. Aunque las energías renovables se presentan como una alternativa sostenible, algunos proyectos han causado deforestación y alteraciones en el medio ambiente, exacerbando los problemas de acceso a los recursos naturales.
Otro problema grave es el aumento de la violencia contra los líderes indígenas que han denunciado estos abusos. Algunos han sido amenazados e incluso asesinados, mientras que grupos armados han intervenido a favor de los intereses empresariales, generando una situación de intimidación y vulnerabilidad para las comunidades.
El reto de construir un modelo de desarrollo justo
Aunque la transición energética recibe un apoyo generalizado en Colombia, diversos sectores han señalado que el modelo actual no ha generado beneficios equitativos para los habitantes de La Guajira. Mientras que grandes empresas obtienen ganancias con la explotación de los recursos naturales, muchas comunidades wayuu siguen sin acceso a agua potable y electricidad.
Por ello, el obispo sostiene que el diálogo social que se impulsa en La Guajira no solo debe abordar los problemas estructurales del departamento, sino también garantizar un desarrollo justo y sostenible que respete los derechos de las comunidades indígenas. Como ha subrayado el Papa Francisco, «el diálogo es el camino más adecuado para construir consensos y reconocer las verdades esenciales que deben ser respetadas en cualquier sociedad».
En ese sentido, Monseñor Ceballos ha convocado a todos los guajiros a participar en un proceso de diálogo informado, sensible y respetuoso, que permita superar la indiferencia y fortalecer las instituciones democráticas. «Espero suscitar el interés de todos los actores sociales y dirigencia del departamento de La Guajira para lograr un Gran Acuerdo por el Desarrollo», concluyó el obispo.
