(LNB/InfoCatólica) El incidente ocurrió el pasado 10 de febrero en un instituto público de Verona, donde un alumno de 13 años fue reprendido y sancionado tras negarse a utilizar una escalera decorada con los colores del arcoíris y frases alusivas a la tolerancia y la inclusión. La escalera fue instalada el año pasado con motivo de la jornada internacional contra la homofobia, celebrada el 17 de mayo y respaldada por el Ministerio de Educación italiano.
Según el testimonio del padre del menor, el estudiante optó por utilizar una escalera alternativa en lugar de la arcoíris cuando su clase se dirigía a otra planta para ver una película. Sin embargo, una profesora le obligó a volver a la escalera principal. Como señal de desacuerdo, el joven subió los escalones de dos en dos, lo que provocó una nueva reprimenda. Ante la insistencia de la docente en que recorriera la escalera correctamente, el alumno decidió sujetarse a la barandilla y evitar pisar los peldaños decorados.
Este comportamiento derivó en una nota disciplinaria al día siguiente, bajo el argumento de que había puesto en riesgo su seguridad. Sin embargo, en una carta dirigida a los padres y al responsable educativo de la provincia, el director del centro hizo referencia expresa a la actitud del joven, calificándola de «homófoba». En el escrito, el responsable del instituto señaló que el alumno ya había manifestado anteriormente «posiciones homófobas» y lamentó su falta de disposición al diálogo.
Piden una intervención oficial del gobierno italiano
Los padres del menor han denunciado la situación ante el ministro de Educación, Giuseppe Valditara, alegando una vulneración de los derechos del niño y la imposición de una ideología en el entorno escolar. «Llamar homófobo a un niño de 13 años solo por no querer pisar una escalera con un significado concreto nos parece desproporcionado y lesivo para su integridad psico-física», expresaron en su misiva.
El caso también ha sido llevado ante el ministerio por el exparlamentario y exministro Carlo Giovanardi, quien ha solicitado una intervención oficial. Hasta el momento, el Ministerio de Educación no ha emitido una respuesta sobre el incidente.
Los progenitores del menor, católicos de origen extranjero pero plenamente integrados en la sociedad veronesa, han manifestado su intención de emprender acciones legales, considerando que se han violado derechos fundamentales recogidos en la Convención sobre los Derechos del Niño de la ONU y en el artículo 21 de la Constitución italiana, que protege la libertad de expresión.