El primado greco-católico de Ucrania acusa a Trump de repetir la propaganda rusa
Su Beatitud Sviatoslav Shevchuk, primado de la Iglesia greco-católica ucraniana

Refuerza las ambiciones expansionistas de Putin

El primado greco-católico de Ucrania acusa a Trump de repetir la propaganda rusa

El primado de la Iglesia greco-católica ucraniana, Sviatoslav Shevchuk, ha acusado al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de repetir «los puntos de la propaganda rusa» al minimizar la importancia de la guerra en Ucrania y responsabilizar a su presidente, Volodímir Zelenski, del conflicto.

(CNA/InfoCatólica) En una publicación en redes sociales, Trump calificó al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, de «comediante modestamente exitoso» y afirmó que había manipulado a Estados Unidos para destinar 350.000 millones de dólares a «una guerra que no se puede ganar». El mandatario también responsabilizó a Zelenski de la prolongación del conflicto, asegurando que su gestión había dejado a Ucrania «destrozada».

Las palabras del presidente estadounidense han generado indignación en Kiev y en la diáspora ucraniana, que considera que estas afirmaciones refuerzan la narrativa de Moscú. Desde Washington, D.C., donde participó en un acto en el Hudson Institute, el arzobispo mayor Shevchuk fue tajante en su respuesta: «Las declaraciones del presidente Trump reflejan claramente los puntos de la propaganda rusa. Minimizan el sufrimiento del pueblo ucraniano y debilitan la defensa de la libertad y la soberanía en Europa».

Riesgo para Ucrania y Europa

Durante su intervención, Shevchuk advirtió que la amenaza rusa no se limita a Ucrania. Según el primado, si Moscú logra imponerse en el conflicto, otras naciones estarán en peligro: «Las repúblicas bálticas, Polonia, Georgia, Armenia y otros países de Asia Central podrían ser los siguientes en la lista de Putin».

El arzobispo aseguró que el objetivo del presidente ruso es «reconstruir el antiguo Imperio Ruso» y afirmó que «una victoria de Rusia significaría un regreso a la represión, la pérdida de libertades y la destrucción de las instituciones democráticas en toda la región».

En este contexto, Shevchuk subrayó que Ucrania no solo está luchando por su propia supervivencia, sino por la estabilidad y la seguridad de toda Europa. «Cualquier intento de apaciguar a Putin solo servirá para reforzar sus ambiciones expansionistas», afirmó.

Persecución religiosa en los territorios ocupados

El primado denunció también la represión sistemática de la Iglesia greco-católica ucraniana en las zonas ocupadas por Rusia. Según Shevchuk, en diciembre de 2022, las autoridades rusas declararon ilegal su Iglesia, así como organizaciones humanitarias como Cáritas Ucrania y los Caballeros de Colón.

Además, reveló que varios sacerdotes ucranianos han sido sometidos a brutales torturas durante meses de cautiverio en prisiones rusas. Dos de ellos fueron liberados tras dieciocho meses de reclusión, gracias a la intervención diplomática de la Santa Sede. «Pero al menos otros diez pastores protestantes siguen detenidos y están siendo torturados en este mismo momento», denunció Shevchuk.

El primado subrayó que, a diferencia de Rusia, Ucrania garantiza la libertad religiosa, permitiendo a todas las confesiones practicar su fe sin restricciones. «Mientras Ucrania protege la libertad de culto, en los territorios ocupados por Rusia se persigue a todas las confesiones que no se alinean con la Iglesia Ortodoxa Rusa», aseguró.

En realidad no es cierto que Ucrania garantice la libertad religiosa. La Iglesia Ortodoxa Rusa dependiente del Patriarcado de Moscú que antes de la guerra era la Iglesia de la mayor parte de los ortodoxos ucranianos, fue declarada ilegal el pasado verano

Deportación forzada de niños ucranianos

Shevchuk también denunció una de las violaciones más graves de los derechos humanos cometidas por Rusia: la deportación forzada de niños ucranianos. Según el primado, miles de menores han sido trasladados desde las zonas ocupadas a territorio ruso, donde son internados en orfanatos o campos de «reeducación».

«Estos niños son obligados a olvidar su identidad ucraniana, muchos no han regresado y algunos incluso han sido rebautizados con nuevos nombres», lamentó Shevchuk. «Cada niño deportado representa una familia rota por la guerra y una herida profunda en nuestra nación».

Una paz justa, no una tregua temporal

En respuesta a las declaraciones de Trump, que sugirió que Estados Unidos debería reducir su apoyo a Ucrania, Shevchuk fue claro: «Buscamos una paz justa, no una tregua temporal que permita al agresor regresar más fuerte en el futuro».

El primado advirtió que cualquier acuerdo que implique ceder ante las exigencias rusas sería interpretado por Moscú como una señal de debilidad. «Putin no se detendrá en Ucrania. Si le permitimos avanzar, el precio a pagar será mucho mayor en el futuro», concluyó.

Finalmente, Shevchuk hizo un llamamiento a la comunidad internacional para que continúe apoyando a Ucrania en su defensa de la libertad y la soberanía nacional, subrayando que «la paz no se construye cediendo ante los dictadores, sino resistiendo sus agresiones con firmeza y unidad».

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