(CNA/InfoCatólica) Un fallo del Tribunal Superior de Inglaterra y Gales publicado el 21 de febrero ha confirmado que la Secretaría de Estado del Vaticano fue engañada por el financiero italiano Raffaele Mincione en la irregular compra de un edificio en Londres.
Por esta transacción que terminó en fraude, Mincione fue condenado en diciembre de 2023 por un tribunal inferior del Vaticano a cinco años y seis meses de prisión por delitos financieros relacionados con el caso.
Además, se le ordenó confiscar 200,5 millones de euros (alrededor de 210 millones de dólares), una de las sanciones económicas más altas impuestas por los tribunales del Vaticano.
En ese juicio, el cardenal Angelo Becciu también fue sentenciado a cinco años y medio de prisión por malversación de fondos públicos.
Según el fallo, Becciu organizó la adquisición de la propiedad ubicada en Sloane Avenue cuando se desempeñaba como subsecretario de Estado entre 2011 y 2018.
Para ello, utilizó un tercio de los fondos reservados de la Secretaría de Estado: es decir, 200 millones de dólares que fueron pagados entre 2013 y 2014 a petición de Becciu.
Este monto se usó para comprar acciones a través de un fondo administrado por el intermediario italiano Mincione, quien también fue condenado junto con Becciu por el tribunal inferior del Vaticano por lavado de dinero, malversación y corrupción.
Tras la sentencia, Mincione presentó una demanda contra la Secretaría de Estado del Vaticano ante un tribunal británico en junio de 2020, y el fallo fue publicado el 21 de febrero.
El objetivo del financiero italiano era obtener una serie de declaraciones legales a su favor sobre su gestión en la compra y venta del edificio de Sloane Avenue.
Mincione argumentó que su conducta en la transacción había sido transparente y conforme a los estándares de buena fe. Sin embargo, el tribunal británico rechazó sus alegaciones, confirmando que el Vaticano tenía razones para considerarse víctima de un esquema financiero perjudicial.
Según la sentencia de 50 páginas del juez Robin Knowles, Mincione y sus empresas retuvieron información clave y tergiversaron el valor de la propiedad en Londres, causando un daño significativo al Vaticano.
El tribunal determinó que Mincione hizo declaraciones «poco realistas», inflando el precio de la propiedad y aprovechándose de la falta de experiencia del Vaticano en este tipo de inversiones.
Gran parte del extenso resumen del veredicto se centra en la reconstrucción de la transacción irregular. El tribunal británico dejó claro que la Secretaría de Estado del Vaticano fue engañada, lo que coincide con la tesis principal del tribunal del Vaticano, que previamente había condenado a Mincione por lavado de dinero, malversación y corrupción.
Como fallo de un tribunal inferior, Mincione tiene la posibilidad de apelar la decisión.
Para el Vaticano, la sentencia «tiene importantes implicaciones no solo para Mincione, sino también para futuros casos que involucren las operaciones financieras de la Santa Sede», según un editorial de Vatican News sobre el tema.
Según el periodista vaticano Andrea Tornielli, el fallo «establece un precedente importante al reconocer que el Vaticano fue víctima de un fraude financiero en una de sus inversiones inmobiliarias más importantes».