(InfoCatólica) Vance ha señalado que el peligro más grave para Europa no proviene de Rusia o China, sino de las decisiones internas que, a su juicio, están erosionando derechos fundamentales. «El peligro que más me preocupa con respecto a Europa no es Rusia, no es China, no es ningún otro actor externo. Lo que me preocupa es la amenaza desde dentro, el retroceso de Europa en algunos de sus valores más fundamentales, valores compartidos con los Estados Unidos de América», ha afirmado.
Como ejemplo, ha citado la anulación de elecciones en Rumanía por orden judicial y la posibilidad de que medidas similares se adopten en otros países, algo que ha calificado de «impactante».
También ha criticado la censura en redes sociales y la persecución de ciudadanos por expresar opiniones contrarias a la agenda gubernamental, mencionando casos en Alemania, Suecia y el Reino Unido.
«Debemos hacer algo más que hablar de valores democráticos; debemos vivir según ellos», ha declarado. En este sentido, ha trazado un paralelismo con la Guerra Fría, recordando que los regímenes que censuraban a los disidentes y cerraban iglesias «no eran los buenos». Ha advertido que Europa corre el riesgo de repetir errores del pasado al criminalizar el disenso.
El vicepresidente también ha puesto el foco en la estrategia de seguridad de la Unión Europea y ha instado a sus socios a aumentar su inversión en defensa. «El presidente Trump ha sido claro en que Europa debe desempeñar un papel más relevante en su propia seguridad», ha afirmado. En este sentido, ha dejado entrever la posibilidad de reducir el compromiso militar estadounidense si Europa no refuerza su autonomía en materia de defensa.
Respecto a Rusia y Ucrania, Vance ha reiterado que la administración Trump busca una «solución razonable» al conflicto y ha sugerido que la estrategia europea debería alejarse del enfrentamiento directo para apostar por una salida diplomática. Sin embargo, no ha detallado en qué consistiría esa propuesta.
Finalmente, ha abordado la política migratoria, una de sus principales preocupaciones. Ha alertado del aumento sin precedentes de la inmigración en Europa y lo ha vinculado con problemas de seguridad, citando como ejemplo el reciente ataque en Múnich. «Los ciudadanos europeos nunca votaron para abrir las fronteras de par en par», ha sentenciado, insistiendo en que los gobiernos deben escuchar a sus ciudadanos en lugar de descalificar sus preocupaciones.