(CNA/InfoCatólica) El informe, que actualiza un estudio de 2023, destaca que las diócesis con menor población católica tienen una proporción más alta de sacerdotes por feligrés y mayor tasa de ingresos al seminario. En contraste, ninguna de las diócesis con mayor número de católicos cuenta con suficientes seminaristas para mantener su actual nivel de sacerdotes.
En cuanto a la cantidad de hombres que ingresaron al seminario entre 2014 y 2023 y el número de ordenaciones, Vocation Ministry clasificó las diócesis en cuatro niveles según su población católica. En el nivel 1 (más de 750.000 católicos), la diócesis de Dallas alcanzó el 69% de la tasa necesaria para mantener su número de sacerdotes, seguida de Filadelfia, Newark y Atlanta. En el nivel 2 (350.000-750.000 católicos), Cincinnati y Columbus destacaron, con Denver y Washington D.C. no muy lejos, todos superando el 85%.
Wichita sobresalió en el nivel 3 (100.000-350.000 católicos), superando a todas las demás diócesis con un impresionante 195%. En este mismo nivel, Nashville, Kansas City-St. Joseph y Grand Rapids también mostraron cifras elevadas. En el nivel 4 (menos de 100.000 católicos), las diócesis de Bismarck, Fargo, Lincoln y Tulsa lideraron.
El informe también analizó la accesibilidad de los sacerdotes para potenciales candidatos al seminario mediante el «Índice de Disponibilidad Sacerdotal» (PAI, por sus siglas en inglés). Se concluyó que los sacerdotes de diócesis pequeñas pueden construir relaciones más cercanas con los feligreses, facilitando el discernimiento vocacional. Sin embargo, muchos deben cubrir varias parroquias y gestionar tareas administrativas sin apoyo, lo que puede dificultar su labor pastoral.
Según el estudio, las diócesis con mayores tasas de vocaciones promueven activamente la pastoral vocacional a nivel parroquial. Iniciativas como testimonios de seminaristas, retiros «Ven y Ver», programas juveniles, oportunidades de servicio y el fomento del matrimonio católico y la educación religiosa han resultado clave.
El obispo de Wichita, Mons. Carl Kemme, se refirió al éxito vocacional de su diócesis en un artículo publicado el 6 de febrero, atribuyéndolo a la cercanía de los sacerdotes con los fieles y a un entorno de apoyo mutuo. Destacó la importancia de la adoración eucarística, señalando que «muchos jóvenes me han dicho que escucharon la llamada al sacerdocio durante la adoración». La diócesis cuenta con numerosos grupos Serra, escuelas católicas comprometidas con la identidad religiosa y una alta participación en la Misa dominical.
El informe concluye que la crisis vocacional en algunas diócesis puede abordarse con estrategias que involucren activamente a sacerdotes, familias y comunidades, generando ambientes propicios para el discernimiento de la llamada sacerdotal.