(ACIPrensa/InfoCatólica) Seis jóvenes que vivieron con una fe profunda y una entrega inquebrantable a la Iglesia están cada vez más cerca de ser reconocidos en los altares. La mayoría de ellos avanzan en su proceso de beatificación, dejando un legado de inspiración para las nuevas generaciones.
Desde Carlo Acutis, conocido como el «ciberapóstol de la Eucaristía», hasta Akash Bashir, el primer siervo de Dios de Pakistán que sacrificó su vida para proteger a los fieles, estos jóvenes del siglo XX y XXI demuestran que la santidad no es cosa del pasado. A continuación, te compartimos sus historias de fe y valentía.
Pierangelo Capuzzimati
El Siervo de Dios Pierangelo Capuzzimati, originario de Italia, enfrentó la leucemia desde los 14 años, pero en lugar de perder la esperanza, fortaleció su relación con Dios. Nacido en Taranto en 1990, vivió su infancia en un ambiente familiar lleno de serenidad en Faggiano.
Su enfermedad se convirtió en un camino de crecimiento espiritual, dedicando su tiempo a la oración, el estudio y la contemplación de la belleza de la creación. Apasionado por la historia de la Iglesia y el pensamiento de los santos, dejó una huella imborrable en quienes lo conocieron. Pierangelo falleció el 30 de abril de 2008 a los 17 años, convencido de que su sufrimiento era parte del plan divino.
El 26 de abril de 2018, la Santa Sede concedió el nihil obstat para la apertura de su causa de beatificación, y el 20 de enero de 2024 concluyó la fase diocesana del proceso. Ahora, toda la documentación será evaluada en el Vaticano para determinar si sus virtudes heroicas lo llevarán al título de Venerable.
Hna. Clare Crockett
La Hna. Clare Crockett dejó atrás un futuro prometedor en la actuación y la televisión para consagrar su vida a Dios. Nacida en Derry, Irlanda del Norte, en 1982, su vocación surgió tras un retiro espiritual que transformó por completo su visión de la vida. En 2001 ingresó en la congregación de las Siervas del Hogar de la Madre y en 2010 emitió sus votos perpetuos.
Con un espíritu alegre y una entrega total, su testimonio de fe marcó a muchas personas. Falleció el 16 de abril de 2016 durante un terremoto en Ecuador, mientras intentaba proteger a sus alumnas en un colegio de Playa Prieta.
En enero de 2024, se abrió la fase diocesana de su causa de beatificación en España, después de recibir el nihil obstat en 2023. Desde su muerte, numerosos testimonios han atribuido a su intercesión conversiones, vocaciones religiosas e incluso posibles milagros. Ahora, la Iglesia investigará su vida y virtudes heroicas en este proceso hacia los altares.
Matteo Farina
Matteo Farina, nacido en Brindisi en 1990, sintió desde niño un fuerte llamado a evangelizar. Admirador de San Francisco y el Padre Pío, cultivó una vida de oración y profunda devoción a la Eucaristía y el Rosario.
A los 13 años le diagnosticaron un tumor cerebral, pero en lugar de rendirse, afrontó su enfermedad con fe y esperanza. Durante seis años, vivió su sufrimiento con amor, ofreciendo su dolor por los demás hasta su fallecimiento el 24 de abril de 2009.
Su testimonio de santidad llevó a la Iglesia a iniciar su causa de beatificación, y en mayo de 2020 el Papa Francisco reconoció sus virtudes heroicas, declarándolo Venerable. Actualmente, se investigan posibles milagros atribuidos a su intercesión para avanzar en su beatificación.
Helena Agnieszka Kmieć
Helena Kmieć, una joven misionera polaca nacida en 1991 en Cracovia, dedicó su vida a servir a los más necesitados. Desde pequeña, vivió su fe con intensidad, asistiendo a Misa diariamente y participando activamente en misiones a países como Hungría, Zambia y Rumania.
En 2017 viajó a Bolivia para colaborar en un colegio en Cochabamba, pero semanas después de su llegada fue asesinada durante un intento de robo. Su muerte conmocionó a quienes la conocieron, y pronto surgió una gran devoción en torno a su vida de entrega y servicio.
En abril de 2024, el Arzobispo de Cracovia anunció la apertura de su causa de beatificación, con el aval del Dicasterio para las Causas de los Santos. La Iglesia ahora estudia su testimonio y posibles signos de su santidad.
Akash Bashir
Akash Bashir, joven pakistaní y exalumno salesiano, se convirtió en un símbolo de valentía y fe cuando impidió un ataque suicida en la Iglesia de San Juan, en Lahore. El 15 de marzo de 2015, con apenas 20 años, detuvo a un terrorista que intentaba entrar al templo durante la Misa dominical. Sus últimas palabras fueron: «Moriré, pero no te dejaré entrar en la iglesia». La explosión le costó la vida, pero evitó una tragedia aún mayor.
El 31 de enero de 2022, el Papa Francisco lo proclamó Siervo de Dios, y en marzo de 2024 finalizó la fase diocesana de su proceso de beatificación en Pakistán. Ahora, la Iglesia evalúa su testimonio de martirio, lo que podría llevar a su beatificación sin necesidad de un milagro reconocido.
Carlo Acutis
Carlo Acutis, nacido en 1991, dejó un legado de amor a la Eucaristía en la era digital. Conocido como el «ciberapóstol de la Eucaristía», usó su talento en informática para difundir la fe, creando una exposición digital sobre milagros eucarísticos.
Desde pequeño, mostró una devoción especial por la Misa y el Rosario. A los 15 años fue diagnosticado con leucemia, pero ofreció su sufrimiento «por el Señor, el Papa y la Iglesia». Falleció el 12 de octubre de 2006 y fue sepultado en Asís, según su deseo de estar cerca de San Francisco.
El Papa Francisco lo declaró Venerable en 2018 y Beato en 2020, tras la aprobación de un milagro. En mayo de 2024 se reconoció un segundo milagro ocurrido en Florencia, lo que permitirá su canonización en abril de 2025 durante el Jubileo de los Adolescentes. Carlo Acutis será el primer santo millennial y un modelo para los jóvenes de hoy.
Estos seis jóvenes demuestran que la santidad sigue viva en nuestro tiempo, inspirando a las nuevas generaciones a vivir su fe con pasión y entrega.