(Agencias/InfoCatólica) El padre Beristain ingresó en el hospital el pasado 23 de diciembre y falleció a primera hora de la madrugada del día 29, según explicó a Efe quien fue su secretaria durante años, Inmaculada Iraola.
El catedrático emérito de Derecho Penal, que dedicó sus últimos años al estudio de la victimología, estaba trabajando en el Instituto Vasco de Criminología, al que acudía todos los días, cuando se sintió mal y acudió al hospital, donde quedó ingresado. Al parecer, el catedrático no padecía ninguna dolencia concreta, aunque sí «había adelgazado mucho» y se encontraba «muy delicado de salud» en los últimos tiempos.
En la última década, la defensa de las víctimas del terrorismo centró su actividad investigadora y pública, ya que participó en diversos movimientos de apoyo a los afectados por ETA y mantuvo una actitud muy crítica tanto con los responsables directos de la violencia como con el nacionalismo vasco que, a su juicio, no amparaba a las víctimas. También censuró públicamente en varias ocasiones la actitud de jerarquía y fieles católicos respecto a los afectados por la violencia de ETA.
Premios y Cátedra en la Universidad Carlos III
Esta faceta de su trabajo se vio reconocida con la concesión de premios como el de la Fundación Gregorio Ordóñez (2009), el de la Fundación Manuel Broseta (2002), el del Colectivo de Víctimas del Terrorismo del País Vasco (2003) o el de la Fundación José Luis López de Lacalle (2005).
Hace unos años, la Universidad Carlos III de Madrid había creado la Cátedra Antonio Beristain de Estudios sobre el Terrorismo y sus Víctimas, dedicada a la investigación y la docencia sobre el fenómeno terrorista y los derechos fundamentales de sus víctimas.
Una larga vida
Antonio Beristain Ipiña nació el 4 de abril de 1924 en Medina de Rioseco (Valladolid), en el seno de una familia vizcaína, por lo que desde niño vivió en el País Vasco. En 1941, tras cursar el bachillerato, ingresó en la Compañía de Jesús, en el noviciado de Loyola y posteriormente se licenció en Filosofía en Burgos, en Teología por la Universidad de Francfurt y se doctoró en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid.
Su actividad docente comenzó en 1958 como profesor de Derecho Penal en la Universidad de Deusto, aunque también impartió clases en las universidades de Valladolid, Madrid, Oviedo y, finalmente, en la Universidad del País Vasco, donde dirigió el departamento de Derecho Penal.
En 1976 fundó en San Sebastián el Instituto Vasco de Criminología, que dirigió hasta 2000 y donde continuó como director honorario. Su trabajo y su pensamiento han influido en desarrollos legislativos como la Ley Orgánica General Penitenciaria de 1979, así como en las reformas del Código Penal de la década de los ochenta, en materias como los delitos de lesiones.