(InfoCatólica) En un momento en el que estamos asistiendo a un avance tecnológico que puede marcar un cambio de era, la Santa Sede ha hecho pública la Nota Antiqua et Nova, un extenso documento que analiza el impacto de la inteligencia artificial (IA) en la sociedad desde la perspectiva de la antropología cristiana y la ética. Este texto ha sido elaborado conjuntamente por el Dicasterio para la Doctrina de la Fe y el Dicasterio para la Cultura y la Educación, y recibió la aprobación del Papa Francisco para su publicación el pasado 14 de enero.
El documento, presentado en el día de la memoria litúrgica de santo Tomás de Aquino, aborda los múltiples retos que la IA plantea a nivel social, económico, educativo y espiritual, destacando la necesidad de un desarrollo tecnológico que respete la dignidad intrínseca de la persona y promueva el bien común.
Diferencias entre inteligencia humana y artificial
La Nota comienza destacando las profundas diferencias entre la inteligencia humana y la artificial, subrayando que esta última, aunque extremadamente sofisticada, se limita a procesar datos y ejecutar tareas predefinidas (*). En contraste, la inteligencia humana, creada a imagen de Dios, integra aspectos racionales, emocionales, creativos, sociales y espirituales que no pueden ser replicados por sistemas artificiales.
El texto insiste en que la inteligencia humana no solo busca resolver problemas o acumular información, sino que se orienta hacia la verdad, el bien y el sentido último de la vida. Por ello, la IA no puede sustituir la riqueza de las capacidades humanas, ni mucho menos asumir responsabilidades éticas o morales.
La IA y su impacto social
El documento analiza cómo la inteligencia artificial está transformando múltiples sectores de la sociedad, desde la economía hasta la educación, la sanidad y las relaciones humanas. Se reconoce que la IA tiene el potencial de generar avances significativos, como la mejora en el diagnóstico médico, la predicción de fenómenos climáticos o el acceso a la educación personalizada. Sin embargo, la Nota también advierte sobre los riesgos inherentes a esta tecnología, incluyendo la deshumanización, la concentración del poder tecnológico y la amplificación de desigualdades sociales.
En particular, el texto denuncia el uso de la IA para manipular la información o perpetuar dinámicas de exclusión social. Se subraya la necesidad de regular la tecnología para evitar que sea utilizada con fines egoístas o contrarios al bien común.
Preocupaciones éticas y legales
Un tema central en la Nota es la responsabilidad ética en el diseño y uso de la IA. Dado que esta tecnología no posee juicio moral, el texto enfatiza que los desarrolladores, legisladores y usuarios son los únicos responsables de las decisiones y acciones que implican el uso de sistemas de IA.
El documento aborda cuestiones críticas como la transparencia, la rendición de cuentas y la privacidad, destacando la necesidad de establecer marcos normativos que protejan los derechos fundamentales de las personas y eviten la explotación o el control indebido. También se hace un llamamiento a salvaguardar la libertad humana frente a la tentación de delegar decisiones fundamentales en algoritmos.
La IA y el trabajo humano
En el ámbito laboral, la Nota reconoce los beneficios que la IA puede aportar al aumentar la productividad y reducir el esfuerzo en tareas repetitivas. Sin embargo, alerta sobre el riesgo de que esta tecnología sustituya a los trabajadores humanos, exacerbando desigualdades sociales y reduciendo el valor del trabajo como fuente de realización personal y contribución al bien común.
El texto insiste en que el trabajo no debe ser visto únicamente como un medio de subsistencia, sino como una dimensión central de la vida humana que permite a las personas crecer, establecer relaciones y participar en el desarrollo de la sociedad. Por ello, se insta a promover un uso de la IA que complemente las capacidades humanas en lugar de reemplazarlas.
La IA en la educación
La Nota también examina el impacto de la IA en el ámbito educativo, reconociendo su potencial para mejorar el acceso a la enseñanza y personalizar los procesos de aprendizaje. Sin embargo, advierte que la educación no puede reducirse a la mera transmisión de conocimientos, ya que implica un acompañamiento integral que fomente el desarrollo moral, emocional y espiritual del alumno.
El texto subraya la importancia de preservar la relación entre maestro y alumno como un elemento esencial de la educación, y advierte sobre los peligros de una excesiva dependencia de la tecnología, que podría limitar la capacidad de los estudiantes para razonar, discernir y desarrollar un pensamiento crítico.
Riesgos de la manipulación y la desinformación
Un apartado destacado del documento se centra en el problema de la manipulación y la desinformación a través de la IA. Se hace especial mención a los deepfakes y otras formas de contenido falso que, al ser difícilmente distinguibles de la realidad, pueden erosionar la confianza social y fomentar la polarización política.
El Vaticano llama a una regulación estricta para prevenir el uso fraudulento de estas herramientas y garantizar la veracidad de la información difundida. Asimismo, se exhorta a los usuarios de estas tecnologías a actuar con responsabilidad y discernimiento ético.
Cuestiones ambientales
La Nota también aborda el impacto ambiental del desarrollo de la IA, destacando el elevado consumo de recursos y energía asociado a esta tecnología. Se hace un llamamiento a promover un uso sostenible de la IA, que tenga en cuenta el cuidado de la "casa común" y evite perpetuar un modelo tecnocrático que antepone la eficacia a los límites éticos y ecológicos.
La IA y la paz mundial
Otro aspecto clave del documento es el análisis del uso de la inteligencia artificial en el ámbito militar. La Nota condena el desarrollo de armas autónomas letales y advierte sobre los riesgos de una carrera armamentística impulsada por la tecnología. Se hace un llamamiento a los líderes internacionales para prohibir el uso de sistemas de IA en operaciones militares que puedan poner en peligro la vida y la dignidad humana.
Una herramienta al servicio del bien común
El documento concluye con un llamamiento a utilizar la inteligencia artificial como una herramienta que contribuya al desarrollo humano integral, promoviendo la justicia, la solidaridad y el cuidado del medio ambiente. Los Dicasterios responsables destacan la necesidad de un diálogo interdisciplinar que oriente el progreso tecnológico hacia el respeto de la dignidad humana y el bien común.
(*) Con la AGI (Inteligencia Artificial Avanzada), en la práctica dicha explicación de ser válida.