(NCRegister/InfoCatólica) El cardenal Víctor Manuel Fernández, prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe (DDF), ha asegurado que la investigación preliminar sobre el caso del exjesuita Marko Rupnik ha finalizado y que se está constituyendo un tribunal independiente para avanzar hacia la fase judicial. Así lo declaró en una entrevista concedida el 23 de enero al medio español Alfa y Omega, donde señaló que esta nueva etapa busca llevar el proceso a un «procedimiento judicial penal».
Rupnik, sacerdote esloveno conocido por su labor como artista, enfrenta múltiples acusaciones de abuso espiritual, psicológico y sexual, así como abuso de conciencia hacia mujeres religiosas bajo su dirección. Los primeros hallazgos surgieron de una investigación de la Compañía de Jesús en 2019, y en 2020 fue excomulgado por absolver en confesión a una cómplice de un pecado contra el sexto mandamiento. No obstante, la excomunión fue levantada rápidamente, en una decisión ciertamente incomprensible.
A pesar de su expulsión de la orden jesuita en junio de 2023 por desobediencia a sus superiores, Rupnik continúa ejerciendo como sacerdote sin restricciones y reside en el centro de arte Aletti en Roma, que él mismo fundó. Fue incardinado en la diócesis eslovena de Korper en 2023. Algunas de sus obras han sido retiradas en distintas partes del mundo, pero el Vaticano aún exhibe su arte en su página web y en espacios oficiales, incluido el apartamento personal del Papa Francisco.
El cardenal Fernández subrayó en la entrevista que el caso de Rupnik es solo uno entre muchos relacionados con «abuso espiritual», un fenómeno en el que la espiritualidad se utiliza como pretexto para relaciones sexuales. «En estos casos se manipula a personas que confían en un guía espiritual y también se distorsiona la belleza espiritual de nuestra fe para obtener sexo», explicó el purpurado argentino.
Falso misticismo
Además, destacó que el Derecho Canónico presenta debilidades para abordar estos casos, tradicionalmente clasificados como «falso misticismo». Para ello, en octubre de 2023, impulsó la creación de un grupo de estudio presidido por el arzobispo Filippo Iannone, prefecto del Dicasterio para los Textos Legislativos, que busca incluir en el código la criminalización del «abuso espiritual».
Fernández expresó su deseo de que estas reformas reflejen «el cuidado maternal de la Iglesia» y contribuyan a combatir el clericalismo, «que lleva a algunos sacerdotes a creer que están autorizados a hacer cualquier cosa debido a la ‘sublimidad’ de su consagración». Sin embargo, advirtió sobre el riesgo de generar desconfianza hacia lo espiritual, como ha ocurrido históricamente con la condena de ciertos movimientos espirituales.
Mensaje a las víctimas
En cuanto a las víctimas, que se han sentido ninguneadas por la Iglesia en los últimos años, el cardenal envió un mensaje de empatía y dolor por su sufrimiento. «Es especialmente triste que alguien haya usado cosas tan bellas y sublimes para hacerles daño. Puede deberse a malicia, perversión, enfermedad o a una deficiente formación espiritual y humana. En cualquier caso, es una herida dolorosa en el Cuerpo de Cristo», lamentó.