(InfoCatólica) El Santo Padre Francisco ha escrito el tradicional mensaje con motivo de la XXXIII Jornada Mundial del Enfermo, que se celebrará el 11 de febrero de 2025, en el marco del Año Jubilar. Bajo el lema «La esperanza no defrauda» (Rm 5,5), el Pontífice propone una reflexión sobre la fuerza transformadora de la esperanza en tiempos de tribulación.
En su mensaje, el Papa profundiza en tres aspectos clave de la presencia de Dios junto a quienes sufren: el encuentro, el don y el compartir. Subraya que la enfermedad, aunque dolorosa, puede convertirse en una oportunidad para experimentar la cercanía y la compasión de Dios. «Él no nos abandona y muchas veces nos sorprende con una fuerza interior que jamás hubiéramos imaginado», señala Francisco, quien anima a los enfermos a encontrar en su fe una roca inquebrantable a la que aferrarse en medio de las dificultades.
El Pontífice destaca también el sufrimiento como un don que enseña a confiar en la fidelidad de Dios. Citando a San Pablo recuerda que la esperanza tiene su fundamento en la resurrección de Cristo, asegurando que nada puede separarnos del amor de Dios. «El Resucitado camina con nosotros, iluminando nuestro camino y llenándonos de valor y confianza», asegura.
El tercer aspecto abordado es el del compartir, donde Francisco pone en valor los momentos de gracia que se viven en los espacios donde se atiende a los enfermos. «En el sufrimiento aprendemos a esperar, a creer y a descubrir el amor en los demás», explica, animando a recordar los gestos de bondad y cercanía que iluminan la oscuridad de las pruebas.
Dirigiéndose a los enfermos y a quienes los cuidan, el Papa subraya su papel central en el Año Jubilar como testigos de la dignidad humana y de la esperanza cristiana. «Vuestra caminata conjunta es un himno a la dignidad humana y un canto de esperanza que ilumina a toda la sociedad», escribe Francisco, expresando su agradecimiento y encomendándolos a la protección de María, Salud de los enfermos.