(CNA/InfoCatólica) Durante la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos de este año, un grupo de creyentes de diferentes denominaciones cristianas peregrinó a la tumba de Akash Bashir, el joven salesiano pakistaní que sacrificó su vida en 2015 para evitar un ataque terrorista en su iglesia.
En Pakistán, un país tradicionalmente islámico, todos consideran al Siervo de Dios Akash Bashir un mártir, según la agencia de noticias vaticana Fides. Su figura se ha convertido en «un punto de unión para los cristianos de todas las confesiones». Los musulmanes también lo veneran.
«Su sacrificio, al entregar su vida para proteger a las personas inocentes que rezaban en la Iglesia de San Juan en Lahore, trasciende los límites de la Iglesia y se presenta como un puente para el diálogo interreligioso con la comunidad musulmana», destacó Fides.
Como parte de las actividades de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, se celebró un servicio de oración ecuménico en el lugar de su entierro, en el que los participantes «confiaron las vidas de los cristianos en Pakistán a la intercesión de este joven».
Entre los asistentes se encontraban un sacerdote católico, el padre Lazar Aslam, y dos pastores protestantes, I.B. Rocky y Samuel Ashan Khokhar. Este último recordó el fatídico día del 15 de marzo de 2015, cuando Bashir salvó muchas vidas al enfrentarse valientemente a un terrorista que pretendía inmolarse dentro de la iglesia.
«Yo estaba encargado de recibir los cuerpos, colocarlos en la morgue y elaborar una lista de quienes habían perdido la vida trágicamente. Recuerdo en particular haber escrito el nombre de Akash Bashir en una de las bolsas para cadáveres», relató Khokhar.
«Fue un momento conmovedor cuando vi el rostro del joven. Aunque sin vida, me impactó su belleza; me conmovió profundamente la sonrisa y la serenidad que emanaban del rostro de Akash. Irradiaba una presencia luminosa y sagrada que recordaba a los primeros mártires cristianos», añadió el pastor.
Aslam destacó el «poderoso símbolo de unidad y comunión interreligiosa» que representa el legado del joven pakistaní. «Su figura atrae a personas de diferentes credos e incluso a no cristianos, quienes vienen a visitar y rezar en su tumba», señaló.
«Fue una experiencia profundamente espiritual, que creó un fuerte sentido de unidad al reconocernos mutuamente como hijos de Dios y compartir nuestra humanidad. Con su sacrificio, Akash Bashir sigue inspirando a los fieles pakistaníes a ser solidarios, a proteger su fe y a encarnar en la vida diaria los valores del amor, la paz y el diálogo con cada persona», concluyó el sacerdote.
¿Quién fue Akash Bashir?
Bashir nació en Pakistán el 22 de junio de 1994, en una familia pobre. Estudió en el Instituto Técnico Don Bosco en Lahore, llevando una vida familiar sencilla y dando un lugar importante al deporte y la oración.
El 15 de marzo de 2015, este joven de 20 años descubrió que una persona que quería entrar en la iglesia llevaba explosivos bajo su ropa. Intentó detenerlo para que no ingresara, pero no logró convencer al terrorista de que se retirara.
Bashir entonces sujetó firmemente al atacante con los brazos y le dijo: «Moriré, pero no te dejaré entrar a la iglesia». El atacante detonó los explosivos, matándose a sí mismo, a Bashir y a otras dos personas. Con su acto heroico, evitó que cientos de personas murieran durante la misa.
Hoy en día, se celebran más de 800 bautizos católicos anualmente en la Iglesia de San Juan en Lahore, y muchos jóvenes se han integrado activamente en la vida parroquial. Además, para las minorías religiosas, Bashir es «una bendición».
En 2024, concluyó la fase diocesana de la causa de beatificación y canonización de Bashir, quien podría convertirse en el primer mártir de Pakistán.