(Ecclesia/InfoCatólica) Mons. Álvarez fue condenado en 2023 a 26 años de prisión por el régimen nicaragüense y, un año después, expulsado de su país hacia Roma. En esta visita pastoral a España, ha compartido su cercanía con sacerdotes diocesanos y seminaristas, así como reflexiones sobre la situación de la Iglesia en Nicaragua y el papel de los jóvenes.
«Siempre trato de estar cerca de mis sacerdotes»
El obispo expresó que su labor pastoral se centra principalmente en el acompañamiento de los sacerdotes. «Son mis hijos, mis hermanos, mis amigos y mis colaboradores más íntimos en la misión apostólica», afirmó. Durante su visita, ha recorrido diversas ciudades españolas para visitar a miembros de su diócesis que estudian o ejercen el ministerio en el país. En Albacete, tres sacerdotes trabajan en la pastoral parroquial y se forman en teología en Valencia.
La Iglesia nicaragüense en tiempos difíciles
Mons. Álvarez destacó la gratitud de los fieles nicaragüenses hacia la carta que el Papa Francisco dirigió al país en diciembre. En ella, el Santo Padre les instaba a confiar en la Providencia divina, especialmente en los momentos más oscuros. «Seguir a Cristo lleva a la persecución», comentó, recordando que la Virgen Inmaculada, patrona de Nicaragua, es para ellos un refugio espiritual en tiempos de adversidad.
Un mensaje de valentía para los jóvenes
A los jóvenes, el obispo les invitó a mirar a la Sagrada Familia como modelo de vida. Citando la figura de San José y la reflexión del Papa Francisco en Patris Corde, les animó a ser valientes y creativos: «No tengan miedo de transformar el mundo en un lugar mejor para todos».
Un hermanamiento con raíces profundas
Esta es la segunda visita de Mons. Álvarez a Albacete, donde se ha consolidado un hermanamiento entre ambas diócesis. «Aquí encuentro una Iglesia doméstica que me recuerda a mi propia diócesis», afirmó. El vínculo permite que sacerdotes de Matagalpa estudien en España y refuercen su formación teológica.
Un deseo para el nuevo año
Al concluir, Mons. Álvarez compartió su único deseo para el año nuevo: cumplir la voluntad de Dios. «En ella se encuentra nuestra paz y nuestra esperanza», señaló, pidiendo discernimiento al Espíritu Santo para continuar su misión pastoral con fe y valentía.
