(InfoCatólica) La persecución religiosa contra los cristianos continúa siendo un problema global de gran magnitud, según el último informe World Watch List 2025 de Open Doors. Este estudio exhaustivo evalúa los niveles de presión y violencia que enfrentan los creyentes en 50 países, arrojando datos alarmantes sobre la situación en regiones de África, Asia e Hispanoamérica.
Corea del Norte: el epicentro de la opresión
Corea del Norte ocupa el primer lugar en la lista por 20.º año consecutivo, consolidándose como el país más peligroso para los cristianos. Más de 400.000 creyentes viven en la clandestinidad debido al riesgo de ser arrestados, enviados a campos de trabajo forzado o ejecutados. Según el informe, «la vida de los cristianos en Corea del Norte es una constante lucha por la supervivencia. El régimen los considera una amenaza al sistema político y social».
A pesar de estas adversidades, existen iglesias subterráneas que se esfuerzan por mantener viva la fe en un entorno de extrema hostilidad. Una líder cristiana, identificada como Joo Min para proteger su identidad, comparte: «Si me descubren, puedo terminar en un campo de trabajo. Pero Dios me da la fuerza para seguir compartiendo Su palabra».
África, cada vez peor
África subsahariana concentra algunos de los mayores niveles de violencia contra los cristianos. Nigeria, en particular, lidera esta categoría. Grupos extremistas como Boko Haram y pastores fulani han perpetrado ataques brutales, dejando un saldo de miles de muertos, desplazados y comunidades devastadas. Salamatu, una mujer cristiana cuya aldea fue atacada por Boko Haram, relata: «Nos escondimos en el bosque mientras quemaban nuestra iglesia y mataban a nuestro pastor. Mi esposo fue asesinado, pero mi fe me ha sostenido en este dolor».
Según el informe, 13 de los 15 países con mayores niveles de violencia contra cristianos se encuentran en esta región. Burkina Faso, Malí y la República Democrática del Congo son otros ejemplos de países donde los ataques extremistas son frecuentes y devastadores.
Asia Central: el auge del autoritarismo
El informe subraya el ascenso de Kirguistán al puesto 47 de la lista, tras un aumento significativo de la violencia contra los cristianos. Este país, predominantemente musulmán, registra un incremento en las restricciones a las actividades religiosas, así como en los ataques contra iglesias. Los convertidos del islam al cristianismo son particularmente vulnerables, enfrentando presiones familiares y comunitarias extremas.
En palabras de un líder local: «Muchos cristianos en Asia Central se ven obligados a practicar su fe en secreto. La vigilancia constante y las amenazas nos recuerdan que nuestra libertad está en juego cada día».
Hispanoamérica: México bajo la lupa
México se destaca como el país más violento para los cristianos en Hispanoamérica. La violencia relacionada con los cárteles de la droga afecta especialmente a líderes religiosos y organizaciones cristianas que trabajan por la paz. El informe resalta: «Las iglesias que denuncian la violencia o ayudan a las víctimas son blanco de ataques y amenazas, lo que agrava la situación de vulnerabilidad de los creyentes».
El pastor Miguel, quien lidera una iglesia en una zona controlada por cárteles, explica: «Nos enfrentamos al peligro todos los días, pero seguimos adelante porque sabemos que Dios está con nosotros».
Refugiados y desplazados por la fe
El informe también pone de manifiesto el desplazamiento masivo de cristianos en regiones y países como Myanmar, donde la inestabilidad política tras el golpe militar de 2021 ha obligado a más de 100.000 personas a huir. Yemen, por su parte, ocupa el tercer lugar en la lista, con una situación crítica derivada de la guerra civil que comenzó en 2015.
Un llamado a la acción global
Open Doors concluye su informe con un llamado a la comunidad internacional para proteger a las minorías religiosas. La organización enfatiza la necesidad de medidas concretas para garantizar la libertad de culto y prevenir la violencia.
En palabras del director del informe: «Cuando un cristiano sufre, toda la comunidad de fe sufre con él. Este informe es un recordatorio de que debemos actuar, orar y solidarizarnos con quienes viven en la persecución».
Para obtener el informe completo, haga click aquí.