(InfoCatólica) El Papa Francisco retomó en su catequesis el tema de la protección de los niños, haciendo un enérgico llamado a la comunidad internacional y a cada persona para tomar medidas contra la explotación infantil. «El maltrato infantil, sea cual sea su naturaleza, no es solo una lacra social, es un crimen. Una gravísima violación de los mandamientos de Dios», afirmó.
El Santo Padre enumeró las realidades más alarmantes que enfrentan los menores: el trabajo infantil en condiciones peligrosas, la trata de personas para fines como la prostitución, la pornografía, los matrimonios forzados y la extracción de órganos. Mencionó un caso específico que ilustra esta tragedia, el de un niño llamado Loan, secuestrado y posiblemente víctima de estas prácticas atroces. «Esto se hace, y no podemos permanecer indiferentes», lamentó.
Francisco llamó la atención sobre las desigualdades sociales que condenan a millones de niños a un futuro sin esperanza. «Nos cuesta reconocer la injusticia social que lleva a dos niños, que quizá viven en el mismo barrio, a tomar caminos y destinos diametralmente opuestos porque uno de ellos nació en una familia desfavorecida», señaló.
El Papa enfatizó la importancia de no ser cómplices de estas situaciones a través del consumo irresponsable. «Cuando compramos productos hechos con mano de obra infantil, nos convertimos en cómplices de esta explotación», advirtió. Hizo un llamado a los consumidores para que investiguen el origen de los productos que adquieren y pidió a las empresas e instituciones que asuman un compromiso real para erradicar el trabajo infantil en sus cadenas de suministro.
Asimismo, destacó los avances logrados por algunos países al reconocer los derechos de los niños y animó a la sociedad a profundizar en su conocimiento y aplicación. «Los niños tienen derechos fundamentales. Busquen ustedes mismos en Internet cuáles son los derechos del niño», invitó.
El Santo Padre también instó a los medios de comunicación a cumplir un papel crucial en esta lucha. «A los periodistas les pido que no tengan miedo, que denuncien estas cosas. Su labor puede contribuir a crear conciencia y a movilizar soluciones», afirmó.
Citando a Santa Teresa de Calcuta, el Papa reflexionó sobre la importancia de atender a los más pequeños y vulnerables. Recurrió a un poema de la santa para dar voz a los niños olvidados y subrayar su mensaje de esperanza:
«Pido un lugar seguro donde pueda jugar.
Pido una sonrisa de quien sabe amar.
Pido el derecho a ser un niño, a ser esperanza de un mundo mejor.
Pido poder crecer como persona.
¿Puedo contar contigo?»
El Papa concluyó reiterando que «la felicidad de los más débiles construye la paz de todos» y pidió a los fieles que reflexionen sobre su papel en esta lucha. «Cada uno de nosotros puede ser una gota que, junto a muchas otras, forme un mar capaz de cambiar la realidad».
Con este mensaje, Francisco reafirmó el compromiso de la Iglesia con la defensa de la infancia, llamando a la acción conjunta para construir un futuro donde todos los niños puedan crecer con dignidad, seguridad y esperanza.
