(Diócesis Coria-Cáceres/InfoCatólica) El Seminario Diocesano de Cáceres acogió el pasado 9 de enero la Formación Permanente centrada en el Congreso de las Vocaciones y la aplicación del Sínodo en España. Por la tarde, Mons. Luis Argüello, presidente de la Conferencia Episcopal Española, ofreció una conferencia abierta bajo el título «Retos actuales de la Iglesia española», en la que reflexionó sobre los desafíos pastorales, sociales y espirituales que enfrenta la Iglesia.
Entrevisado por la delegación de medios de la diócesis extremeña, Mons. Argüello subrayó que la crisis demográfica y la secularización son retos destacados, con un impacto profundo en la transmisión de la fe en España. «La baja natalidad afecta no solo al equilibrio social, sino también a la capacidad de las familias para transmitir la fe», explicó. Añadió que este fenómeno marca una ruptura respecto al pasado, cuando la religión se heredaba de forma natural en un contexto cultural y familiar predominantemente católico.
«Durante siglos, la familia era el lugar principal para la transmisión de la fe en una sociedad rural y homogénea, pero hoy en día esa conexión se ha debilitado. Ya no podemos dar por supuesto que ser español implique ser católico», afirmó. Según el obispo, la Iglesia está llamada a proponer la fe de un modo renovado, apelando al matrimonio y a la familia como pilares fundamentales. «La Iglesia es familia de familias, pero para serlo necesitamos que estas existan y se sientan acompañadas», insistió.
Respecto al próximo Congreso de Vocaciones, que se celebrará en febrero, el obispo recordó la importancia de redescubrir la vocación como don y servicio a los demás, inspirado en el lema del evento: «¿Para quién soy?». Según señaló, esta perspectiva invita a vivir con sentido de entrega, ya sea en el ámbito matrimonial, sacerdotal, religioso o en el servicio a la comunidad.
En cuanto al compromiso social de la Iglesia, destacó su labor en el acompañamiento a los migrantes y en la atención a las necesidades derivadas de catástrofes como las recientes inundaciones en Valencia. «El Papa Francisco nos llama a encarnar el Evangelio, reflejando su dimensión social en el cuidado de los más débiles», explicó, mencionando la labor de Cáritas y Manos Unidas como ejemplos concretos.
De cara al Año Jubilar de la Encarnación 2025, Mons. Argüello invitó a redescubrir la esencia de la fe cristiana: «El lema, ‘Peregrinos de esperanza’, nos llama a caminar juntos y avivar la virtud de la esperanza, esencial en la vida eclesial y social».
Finalmente, abordó la necesidad de una Iglesia en constante renovación, animada por el proceso sinodal. «El Sínodo no es solo un evento, sino un impulso para vivir como Iglesia unida, practicando la corresponsabilidad y la comunión misionera. Esto nos exige superar la pasividad de los laicos y fomentar su participación activa», concluyó.
Mons. Argüello enfatizó que, aunque se viven tiempos de transformación, existen signos de esperanza como la inquietud de los jóvenes por el Evangelio y los movimientos eclesiales que revitalizan la fe. «La Iglesia Española está llamada a afrontar este cambio de época con humildad y creatividad, construyendo comunidades visibles y colaborando en comunión con las diversas Iglesias particulares», concluyó.