(InfoCatólica) La lista de ejemplos de apoyo de Disney a la ideología woke es interminable. Por ejemplo, en su última versión de La Bella y la Bestia, del año 2017, incluyó un «momento exclusivamente gay» que no aparecía en el guión original. Ello provocó el rechazo del 95% de los cristianos en EE.UU.
Ese mismo año Disney promovió el matrimonio homosexual en una serie de dibujos animados dirigidos a niños en edad preescolar. Igualmente introdujo el personaje de un adolescente gay en la segunda temporada de la serie de comedia Andi Mack. Las tiendas de Disney han llevado durante mucho tiempo varios productos del «Orgullo» gay, incluidos alfileres coleccionables de arcoiris.
Aunque finalmente no se cumplieron los rumores de que la protagonista de Frozen 2 fuera lesbiana, la compañía fue quien estrenó, a través de Pixar, el primer cortometraje con una pareja de homosexuales como protagonista.
De Santis les paró los pies
Pero sin duda, el mayor ejemplo de las intenciones de los responsables de Disney fue su enfrentamiento contra el estado de Florida. El Senado de dicho estado aprobó a principios de marzo del 2022 una ley que impide adoctrinar en las aulas a los niños sobre las tesis LGTBI y la ideología de género. La comunidad LGTB buscó y obutvo el apoyo de Disney, compañía clave para la economía del estado sede de sus parques de atracciones. Los empleados que se opusieron a esa política empresarial recibieron todo tipo de presiones. El gobernador de Florida, Ron de Santis, reaccionó retirando la exención de impuestos de la que gozaba Disney desde 1967, lo que le habia permitido ahorrarse cientos de millones de dólares. En marzo del 2023, el gobernador republicano tomó el control del distrito en el que está el famoso parque de atracciones de la compañía.
El 25 de agosto el 2022, lanzó una nueva serie dirigida a un público adulto que era literalmente satanista. Poco después formó parte de las empresas que se comprometieron a promover películas favorables al aborto.
«Strage World», primer largometraje abiertamente pro-LGTBI de Disney, obtuvo un sonoro fracaso en taquilla.
Adiós al matrimonio Disney-woke
Bob Iger, actual CEO de Disney, lleva ya un tiempo anunciando cambios. En abril del año aseguró que su «misión principal debe ser entretener y, a través del entretenimiento, seguir teniendo un impacto positivo en el mundo. Y me lo tomo muy en serio. No debe depender de ninguna agenda». En septiembre, cuando el rechazo de la ideología woke por parte de la ciudadanía amenazaba con ser un banderín de enganche para Donald Trump, aseguró a los inversores que «acallaría el ruido» en relación a la batalla cultural.
En la cumbre DealBook de noviembre, volvió a destacar su mensaje al señalar que las películas de su empresa ponían demasiado énfasis en ciertos mensajes, dejando en segundo plano la calidad de la narración. «Los creadores perdieron de vista cuál debía ser su objetivo número uno: entretener», afirmó durante el evento.
Ese mismo mes, Disney eliminó una trama sobre un personaje transgénero en la próxima serie animada de Pixar, Win or Lose, justificando que muchos padres prefieren abordar estos temas de otra manera.
Recientemente, Isaac Ike Perlmutter, empresario israelí-estadounidense, figura clave en la industria del entretenimiento, ha recibido el elogio de Donald Trump por vender la totalidad de sus acciones en Disney, aproximadamente 25,6 millones de acciones, por casi 3.000 millones de dólares. Perlmutter expresó su desconfianza en la gestión actual de Disney. Y Trump, en un evento en Mar-a-Lago, en Palm Beach, Florida, explicó así la actitud del empresario:
«El tipo pasó de estar completamente arruinado a ser dueño de Disney. Luego salió de Disney porque se volvieron woke. No quería a un Donald Duck woke, ¿de acuerdo?»
