(InfoCatólica) Las elecciones presidenciales en Venezuela, celebradas el 28 de julio de 2024, fueron seguidas de un burdo fraude electoral. El Consejo Nacional Electoral (CNE) proclamó vencedor a Nicolás Maduro, otorgándole un tercer mandato presidencial. Sin embargo, diversos organismos internacionales han denunciado irregularidades en el proceso electoral.
El Centro Carter, reconocido por su labor en la observación de procesos electorales, criticó la falta de transparencia y declaró que las elecciones «no pueden considerarse democráticas». Además, una misión de expertos de la ONU señaló la ausencia de integridad en el proceso electoral. El dictador se negó a verificar las actas electorales, tal como le pidieron incluso los obispos del país, apoyados en esa petición por la Santa Sede.
En respuesta a estos hechos, países como Estados Unidos, Argentina y Uruguay han reconocido a González Urrutia como presidente legítimo de Venezuela. La Unión Europea y España han expresado su rechazo hacia Maduro y reconocen a González Urrutia, aunque no formalmente en el caso de España.
Hay temor a que se produzcan graves enfrentamientos en la toma de posesión de Maduro, que tendrá lugar mañana 10 de enero. Urrutia ha prometido que regresaría al país para tomar posesión porque no quiere presidir un gobierno en el exilio. El régimen ha dado armas a sus adeptos y no es descartable que todo acabe en un baño de sangre y con el propio Urrutia apresado y encarcelado por la dictadura chavista.
Comunicado de la Conferencia Episcopal Venezolana
De diversos modos y en diversas oportunidades, los obispos de Venezuela, guiados por los valores evangélicos y la doctrina social de la Iglesia, nos hemos pronunciado sobre la realidad social, económica, política, cultural y ética del país, con el deseo de iluminar y acompañar al pueblo al que hemos sido llamados a servir.
Lo hacemos también al inicio de un año caracterizado por muchas interrogantes e inquietudes sobre el futuro de nuestra nación, pero que para nosotros los católicos es también un Año Santo, en el que, fundados en Jesucristo, liberador de la humanidad, y en comunión con toda la Iglesia, estamos llamados a reavivar la esperanza en quienes viven la pobreza y la enfermedad, en los encarcelados, migrantes y jóvenes.
Como ya lo hemos expresado, el pueblo de Venezuela en el ejercicio de la soberanía que le garantiza la Constitución (art. 5) manifestó, con su participación y voto en las elecciones presidenciales del pasado 28 de julio, su clara y decidida opción por la democracia. Esta decisión debe ser respetada.
Al inicio de este año jubilar, como pastores de la Iglesia reiteramos nuestro compromiso de acompañar al pueblo venezolano en sus alegrías y sufrimientos, y contribuir, a través de la cotidiana acción evangelizadora, a que reinen en nuestro país el respeto de la dignidad de la persona, la verdad, la justicia, el estado de derecho, la libertad y la paz.
Hacemos un llamado a colocar el bien común delante de los intereses particulares o partidistas, a superar la tentación de permanecer indiferentes ante el acontecer nacional y la utilización de la persecución por razones políticas, y a aportar cada uno desde sus posibilidades y responsabilidades, las respuestas a la difícil coyuntura que hoy vivimos.
La oración es escuela de esperanza (cf. Spe Salvi, 32), por ello invitamos a intensificar nuestra oración por Venezuela.
Con un saludo fraterno:
Caracas, 9 de enero de 2025
Jesús González de Zárate Salas / Arzobispo de Valencia / Presidente de la CEV
Mario Moronta Rodríguez / Obispo emérito de San Cristóbal / 1er Vicepresidente de la CEV
Ulises Gutiérrez Reyes / Arzobispo de Ciudad Bolívar / 2do Vicepresidente de la CEV
José Antonio Da Conceicao F / Obispo de Puerto Cabello/ Secretario General de la CEV