La campaña, también eclesial, contra Jaime Mayor Oreja
Jaime Mayor Oreja en la VI Cumbre Transatlántica contra el aborto, organizado por Network for Values (Red Política por los Valores)

La campaña, también eclesial, contra Jaime Mayor Oreja

Desde hace tiempo tengo la sensación de que lo que hace Jaime Mayor Oreja, en determinados sectores eclesiales, parece que molesta. En unos es alentado, potenciado. En otros, se mira con recelo, incluso se busca la forma de minarlo entre otras razones porque es un proyecto cultural de raíz confesante que deja en evidencia a demasiados.

El pasado 2 de diciembre se celebró en el Senado la VI Cumbre Transatlántica en Valores. Una de las primeras intervenciones fue la de su presidente de honor, Jaime Mayor Oreja. En buen hora.

Por cierto que la celebración de la Cumbre en la Cámara Alta ya dio que hablar. Se destapó una previsible campaña contra los partidos políticos que habían permitido que una Cumbre a favor de la vida y en contra del aborto se celebrara en el Senado.

No había pasado una hora de la intervención de Mayor Oreja y algunos medios ya se lanzaban hacia lo que fue el titular de la Jornada. «Jaime Mayor Oreja planta batalla contra la evolución», «Jaime Mayor Oreja o el regreso a la Edad Media» se leía.

Hasta hubo un importante columnista de prensa, muy reputado en determinados ambientes políticos de derechas, que se abalanzó contra el político popular.

En las redes sociales me llamó la atención algo que me pareció sintetizaba lo que estaba pasando. Titulaba el autor del post: «Personas respetables con ideas deleznables».

La marea contra Mayor Oreja no se circunscribió solo a medios generalistas contrarios habitualmente a lo que defiende el fundador de NEOS. Ha sido especialmente intensa en determinados medios eclesiales, con artículos que pretendían poner a Mayor Oreja en su sitio, es decir, al ladito mismo de Trump, entre otros.

Por cierto que una de las firmas en medios eclesiales lo hizo con su cargo de la Conferencia Episcopal, para que quedara más claro.

Pero, ¿qué dijo Mayor Oreja? En su intervención, saltándose o sintetizando lo que tenía escrito, señaló que

«yo acabo de estar en París, en un acto de la Federación One of Us en defensa de la vida. He podido comprobar que la mayoría de los filósofos franceses defienden básicamente. Y que entre los científicos están ganando aquellos que defienden la verdad de la creación frente al relato de la evolución. Y por eso nosotros no tenemos que tener ningún temor. Estamos ganando a pesar de que la moda dominante siga rabiosamente enfadada con nosotros».

El texto que tenía escrito, que me he permitido pedírselo, decía lo siguiente:

«Acabo de estar en París, en un acto de la Federación One of Us en defensa de la vida, y he comprobado que hoy, a diferencia del ayer, la mayoría de los filósofos franceses, defiende nuestras posiciones, de la misma forma que los científicos abrazan cada vez con más fortaleza la verdad de la creación, frente al relato de la evolución, del azar, como única explicación del origen del mundo y de la persona. Frente a los que pretenden exclusivamente sustituir la creación por la teoría de la evolución, nosotros nos reafirmamos en la verdad de la creación».

Sin duda un texto más matizado.

Como la polémica no cesaba, el pasado 24 de diciembre, en una entrevista en ABC, a la pregunta de mi admirado José Ramón Navarro Pareja, comentaba Mayor Oreja:

«Lo que dije es que no sólo se explica con la teoría de la evolución, que no es suficiente. Pero no sólo lo digo yo, que no soy un científico, lo dijo también Benedicto XVI quien sostuvo que «si el hombre fuese solamente un producto causal de la evolución en algún lugar del universo, su vida estaría privada de sentido o sería incluso una molestia de la naturaleza», y que frente a ello, la «razón creadora estaba en el principio». No podemos rasgarnos las vestiduras por unos matices, ni caer en ese complejo de inferioridad, cuando lo importante es sostener el debate sobre la crisis del sentido de trascendencia, en una civilización que lo está perdiendo, que se adentra en un camino sin salida».

Una vez ofrecidos los datos, se me ocurre que, ciertamente, lo pronunciado no fue un afirmación feliz. La intención de lo dicho era otra con toda probabilidad, tal como lo he transcrito. Todo era más matizado.

Es cierto que esta cuestión, la de relación entre modelos creacionistas y evolucionistas, es demasiado compleja para reducirla a frases en forma de titulares. Primero desde el punto de vista científico y después desde el punto de vista teológico.

Incluso me atrevería a decir que en España, culturalmente, es una cuestión pacífica. Aquí no levanta las pasiones, como en Estados Unidos, entre otras razones, por la influencia de la lectura literalista de la Biblia de algunas confesiones protestantes, que no católicas.

De hecho, si Jaime hubiera, inicialmente citado, desde el punto de vista teológico, el abundante magisterio de san Juan Pablo II y de Benedicto XVI sobre la cuestión, no hubiera habido caso.

Creo que la referencia no es la contraposición de modelos sino la compatibilidad y la distinción de órdenes o niveles de comprensión.

Además, las transposiciones de modelos, por no decir de hipótesis científicas, al ámbito de la política o de la fe siempre es complicada. Que conste que esta cuestión de fondo está ya clara y no hace falta ser profesor de biología, física o de antropología teológica para dejar las cosas claras.

Pero lo curioso de lo ocurrido es que se ha aprovechado, también en ambientes eclesiales, explícita e implícitamente, para deslegitimar lo que Jaime Mayor Oreja está haciendo.

Es decir, no sólo para deslegitimar a la persona sino su proyecto, que es el de una forma de presencia pública a través de una plataforma pre-política.

Desde hace tiempo tengo la sensación de que lo que hace Jaime Mayor Oreja, en determinados sectores eclesiales, parece que molesta. En unos es alentado, potenciado. En otros, se mira con recelo, incluso se busca la forma de minarlo entre otras razones porque es un proyecto cultural de raíz confesante que deja en evidencia a demasiados.

Entiendo que con las horas de vuelo de Jaime Mayor Oreja no era previsible que esto ocurriera. También que estamos en un momento cultural en el que la fuerza expresiva de la dinámica de la cancelación es aplastante, el wokismo sí que es un dogma. Que plantear estas cuestiones dispara todas las alarmas.

Pero que en determinados ambientes de Iglesia se utilice este desafortunado incidente para hacer fáciles identificaciones, basadas en simplificaciones, me parece, además de oportunista, injusto y poco científico, desde el punto de vista de la ciencia social.

No se trata de política. Se trata de cultura. Lo que Jaime ha montado por toda España, NEOS, su defensa de la vida, su papel, incluso conciliador, de puente, entre determinadas fuerzas y corrientes políticas, es un permanente aldabonazo sobre lo que nos está pasando. Y levanta ampollas.

También que hable de batalla cultural.

Por eso me quedo con el paulino concepto de batalla espiritual, que también es cultural y en el que, no dudo, Jaime estará de acuerdo.

 

Publicado originalmente en Religión Confidencial.

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1 comentario

Emiliano
El ataque a Jaime mayor no es por lo que dijo del aborto y de la Creación que es de sentido común, sino por la cara de buena persona que tiene y eso despierta la envidia y ya sabemos que la envidia corroe el Alma, el tesoro más valioso que tenemos y lo único que nos llevaremos cuando termine nuestro itinerario en la Tierra, crean o no crean los teólogos
26/12/24 11:40 PM

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