(ACIPrensa/InfoCatólica) En su primera Eucaristía pública desde que fue exiliado a Roma en enero de este año, Mons. Rolando Álvarez, Obispo de Matagalpa y Administrador Apostólico de Estelí, pidió por su «amada Nicaragua» durante una ceremonia celebrada en la parroquia Nuestra Señora de Las Huertas, en Puebla de los Infantes, Sevilla, España. En un gesto significativo, ofreció su cruz pectoral a la imagen de Nuestra Señora de los Dolores.
«Para mí es un gusto, una alegría y sobre todo una bendición estar celebrando entre ustedes esta santa Eucaristía en honor a Nuestra Señora de los Dolores, en la memoria de Nuestra Señora de la esperanza, Nuestra Señora de la expectación, de la dulce espera y debo decir también en las vísperas de los 100 años de fundación canónica de mi bendita y amada diócesis de Matagalpa en Nicaragua», expresó el prelado en su homilía. La diócesis a la que se refiere fue fundada el 19 de diciembre de 1924, durante el pontificado de Pío XI.
En la celebración, Mons. Álvarez destacó su cercanía espiritual con el pueblo de Nicaragua. «Oramos por ustedes en este pueblo bello de gente maravillosa y por nuestra amada Nicaragua», agregó, tal como se aprecia en un video difundido por 100% Noticias Nicaragua.
Durante la homilía, el obispo nicaragüense hizo referencia a la carta que el Papa Francisco envió a los fieles en Nicaragua, recordándoles que «no se olviden de la Providencia amorosa del Señor que nos acompañe y es la única guía central, precisamente en los momentos más difíciles donde humanamente se vuelve imposible poder entender lo que Dios quiere de nosotros, estamos llamados a no olvidar de su cuidado y misericordia». Mons. Álvarez también citó palabras del Pontífice que alientan a mantener viva la fe y la esperanza, reconociendo a la Virgen María como un modelo de confianza y consuelo espiritual.
El prelado también compartió un pasaje de la carta Patris Corde, escrita por el Papa Francisco en el marco del Año de San José. «En cada circunstancia de su vida, José supo pronunciar su ‘fiat’, como María en la Anunciación y Jesús en Getsemaní (…) el Evangelio nos dice que Dios siempre logra salvar lo que es importante, con la condición de que tengamos la misma valentía creativa del carpintero de Nazaret, que sabía transformar un problema en una oportunidad, anteponiendo siempre la confianza en la Providencia».
Antes de concluir, Mons. Álvarez expresó su deseo de que la Virgen María inspire a todos a mantenerse en la esperanza de la pronta venida de Cristo: «Que María Nuestra Señora de la Esperanza, Nuestra Señora de los Dolores nos mantiene expectantes ante la pronta venida de su hijo amén».
Gesto de amor y ofrenda
En un emotivo momento al final de la Misa, Mons. Álvarez ofreció su cruz pectoral a la imagen de Nuestra Señora de los Dolores, un gesto que dedicó a sus fieles de Nicaragua.
«Yo quiero hacer ese gesto de amor, dejándole a la Virgen de La Dolorosa mi pectoral, y quisiera que esto pudieran contemplarlo todos mis fieles de Matagalpa, del campo y la ciudad diciéndoles que desde La Puebla de los Infantes estoy orando por ellos», afirmó.
El obispo expresó su deseo de que esta ofrenda sea preservada por la Hermandad de Nuestra Señora en un lugar adecuado. «Espero que la Hermandad de Nuestra Señora guarde este pectoral en manos de ella, en un lugar donde ustedes crean conveniente, en esta fecha que para nosotros es memorable, muy memorable», concluyó.
