(Agencias/InfoCatólica) El Papa afirmó en su homilía que con el Nacimiento, Dios es «realmente un Dios con nosotros» y que el Nacimiento de Cristo no puede dejar a nadie indiferente y subrayó que el Evangelio dice que Dios tiene la máxima prioridad y que «así, pues, si algo en nuestra vida merece premura sin tardanza, es solamente la causa de Dios».
Lamentó el Papa que la mayor parte de los hombres «viven lejos» de Jesucristo. «Vivimos en filosofías, en negocios y ocupaciones que nos llenan totalmente y desde las cuales el camino hasta el pesebre es muy largo. Dios debe impulsarnos continuamente y de muchos modos, y darnos una mano para que podamos salir del enredo de nuestros pensamientos y de nuestros compromisos, y así encontrar el camino hacia Él». Benedicto XVI exhortó entonces a los hombres a «despertar», para que les llegue el mensaje de Cristo y denunció que los conflictos en el mundo y la imposibilidad de conciliación recíproca es consecuencia del estar encerrados en nuestros propios intereses egoístas.
El Santo Padre predicó la «humildad» que es «la señal de Dios». «La señal de Dios es que se hace pequeño, que se convierte en niño», dijo el Papa esta noche en la que, para los católicos, el hijo de Dios, Jesús, nació en un pobre establo de Belén. «Nos hacemos semejantes a Dios si nos dejamos marcar con esta señal; si aprendemos nosotros mismos la humildad y, de este modo, la verdadera grandeza, si renunciamos a la violencia y usamos sólo las armas de la verdad y del amor», dijo Benedicto XVI durante la quinta misa de Navidad de su pontificado.