(InfoCatólica) En la Sala de los Concilios Eclesiásticos de la Catedral de Cristo Salvador en Moscú, se reunieron representantes del clero, del gobierno, de organizaciones sociales y de la comunidad educativa para analizar cuestiones relacionadas con la preservación y fortalecimiento del Mundo Ruso.
El Patriarca Kirill dedicó parte central de su discurso a señalar la importancia de mantener la serenidad frente a posibles escenarios apocalípticos, como una guerra mundial:
«No hablaré mucho sobre estos eventos externos, aunque, sin duda, nos preocupan a todos. Al mismo tiempo, quisiera señalar que alimentar el miedo en torno a posibles escenarios apocalípticos, el alarmismo excesivo y las especulaciones sobre el tema nuclear no son útiles desde un punto de vista espiritual. El enemigo del género humano intenta sembrar confusión y ansiedad en los corazones de las personas, para paralizar su voluntad y privarlas de valentía, ya que una persona que carece de paz interior es más fácil de manipular. Esa persona teme todo, se debilita desde dentro y siempre necesita un apoyo externo, que a menudo se convierte en un factor de manipulación.
Los cristianos no temen el llamado ‘fin del mundo’. Esperamos al Señor Jesús, que vendrá en gran gloria, destruirá el mal y juzgará a todas las naciones. Pero esta esperanza no significa que debamos quedarnos de brazos cruzados y observar en silencio lo que sucede, permitiendo que el mal triunfe. Por el contrario, nuestra vocación terrenal es ser guerreros del Señor y librar, como dice el Apóstol, una batalla contra los espíritus del mal en los lugares celestiales (Efesios 6:12), resistir al mal y defender los altos ideales morales.»
Del presidente Putin dijo lo siguiente ante ese posible escenario apocalíptico:
«Gracias a Dios, el liderazgo de Rusia, y en primer lugar el Presidente del país, Vladimir Vladimirovich Putin, siendo plenamente consciente de su enorme responsabilidad, muestra una sabia serenidad, frialdad y calma en estas difíciles circunstancias. No cede ante provocaciones cínicas y descaradas, sino que continúa avanzando de manera coherente hacia los objetivos establecidos: proteger los intereses legítimos y justos de Rusia y del Mundo Ruso.»
Además de reflexionar sobre los riesgos de una escalada bélica global, el Patriarca abordó otros retos que enfrenta Rusia:
- El resurgimiento del neopaganismo. Subrayó que este fenómeno amenaza los valores cristianos fundamentales de la identidad rusa.
- Educación y formación moral. Expresó preocupación por la pérdida de referentes éticos en los jóvenes, la calidad de los programas educativos y la influencia de valores cuestionables en literatura y medios.
- El problema del alcoholismo. Llamó a una acción decidida para combatir el consumo excesivo de alcohol, que consideró una de las principales causas de deterioro físico, moral y social en el país.
- Política migratoria. Señaló la importancia de equilibrar los flujos migratorios para evitar tensiones culturales que puedan poner en peligro la cohesión del Mundo Ruso.
Un llamado a la unidad
El Patriarca concluyó su discurso con un llamado a la unión de todas las instituciones gubernamentales, religiosas y sociales para enfrentar los desafíos actuales. «Solo mediante la unidad y la solidaridad se puede preservar el Mundo Ruso como un espacio de altos ideales espirituales y morales», afirmó.
La sesión plenaria continuó con las intervenciones de los participantes, quienes presentaron propuestas concretas para abordar los temas destacados en el discurso.