(ACIPrensa/InfoCatólica) San Francisco Javier dedicó su vida a la misión evangelizadora, bautizando a decenas de miles de personas en la India y Japón. Incluso tras su muerte, su entrega a la Iglesia perdura a través de las reliquias que ofrecen consuelo espiritual a los fieles que peregrinan tanto en Italia como en la India.
En Italia se conserva el brazo derecho del santo, mientras que en la India se encuentra un dedo de su pie. Según relatos, esta última reliquia fue arrancada por un peregrino demasiado entusiasta que, literalmente, «se lo mordió». Sin embargo, la reliquia más completa del santo es su cuerpo casi intacto, el cual se expone para veneración pública cada década. Para prevenir nuevos incidentes, se mantiene resguardado en un ataúd de cristal.
Estas reliquias continúan siendo símbolo de devoción y fe, manteniendo vivo el legado de San Francisco Javier entre los creyentes.
Más de 12.000 fieles se congregaron el pasado jueves en el estado de Goa, al oeste de India, para participar en la apertura de una exposición que tiene lugar cada diez años y en la que se muestran los restos parcialmente incorruptos de San Francisco Javier.
El evento, que se extenderá durante 45 días, permite a los peregrinos venerar las reliquias del santo, las cuales suelen estar resguardadas en un ataúd en la Basílica del Buen Jesús. Durante esta ocasión especial, las reliquias han sido trasladadas a la cercana Catedral Sé, donde miles de devotos tienen la oportunidad de rendir homenaje al célebre misionero.
El pasado jueves, el arzobispo de Delhi, monseñor Anil Couto, presidió la Misa matutina en la Basílica de Bom Jesus, en Goa, a la que asistieron más de 400 sacerdotes y obispos. Tras la celebración, los fieles acompañaron en procesión el ataúd de cristal, que data de hace más de cuatro siglos, en un carruaje hasta la Catedral Sé, ubicada a menos de 300 metros de distancia.
Medios locales destacaron la exposición como un momento de unidad religiosa, dado el respeto que San Francisco Javier suscita entre diversas comunidades religiosas de India. En este contexto, el primer ministro Narendra Modi describió al santo como «un símbolo de paz», mientras que los habitantes de Goa lo llaman cariñosamente «Goencho Saib» o «protector de Goa».
Sin embargo, esta celebración se lleva a cabo en un clima de creciente violencia hacia los cristianos en India. Según un informe de 2024 de líderes cristianos estadounidenses, estos actos se han «disparado», lo que llevó a pedir al Departamento de Estado de Estados Unidos que incluya a India en la lista de vigilancia por violaciones de la libertad religiosa.
Para recibir a los peregrinos, el gobierno estatal de Goa preparó 33 cabañas con capacidad para albergar a 400 personas por día. Se estima que alrededor de 8 millones de personas visitarán las reliquias durante los 45 días que durará la exposición. En 2014, la última edición del evento atrajo a al menos 5,5 millones de fieles.
Este año, en lugar de ser cargado a hombros como es tradicional, el ataúd del santo fue transportado en un carruaje eléctrico, una medida implementada para evitar desorden, según explicaron los organizadores. Además, más de 700 agentes de policía están encargados de garantizar la seguridad y gestionar el tráfico durante el evento.
La exposición estará abierta hasta el 5 de enero, y los peregrinos podrán visitar las reliquias entre las 7:00 a.m. y las 6:00 p.m. en la Catedral Sé.
Información básica de la reliquia
San Francisco Javier (1506-1552), misionero jesuita y uno de los primeros evangelizadores de Asia, convirtió a miles en la India y Japón. Murió en 1552 en Shangchuan, China, y su cuerpo fue hallado incorrupto un año después. Fue canonizado en 1622, y su festividad se celebra el 3 de diciembre.
Sus restos, llevados a Goa en 1554, han sido objeto de veneración y exposiciones públicas desde 1782. Partes de su cuerpo, como su brazo derecho (en Roma desde 1614) y un dedo del pie (conservado en Goa), se han extraído como reliquias. Actualmente, su cuerpo casi intacto es exhibido decenalmente, y esta es la 18ª exposición de su legado de 472 años.