(Agencias/InfoCatólica) Benedicto XVI hizo estas declaraciones en su tradicional discurso de felicitación de la Navidad a los cardenales, arzobispos y obispos y demás miembros de la Curia Romana y del Gobierno del Estado de la Ciudad del Vaticano, en el que analizó sus tres viajes internacionales de este año a África, Tierra Santa y la República Checa.
Refiriéndose a este último país, que cuenta con un porcentaje particularmente elevado de ateos y agnósticos, el obispo de Roma consideró importante el que los creyentes lleven en su corazón a estas personas.
«Cuando hablamos de una nueva evangelización, quizá estas personas se asustan. No quieren verse convertidas en objeto de misión, ni renunciar a su libertad de pensamiento y de voluntad. Pero la cuestión sobre Dios sigue interpelándoles, aunque no puedan creer en el carácter concreto de su atención por nosotros».
«La búsqueda de Dios, dijo, es el motivo fundamental del que nació el monaquismo occidental y, con él, la cultura occidental». «Como primer paso de la evangelización, tenemos que tratar de mantener viva esta búsqueda; tenemos que preocuparnos de que el hombre no arrincone la cuestión de Dios, cuestión esencial de su existencia».
El «Patio de los Gentiles» y el diálogo con ateos y agnósticos
Benedicto XVI recordó una cita del profeta Isaías, el Papa recordó el patio de los gentiles, que se encontraba en el Templo de Jerusalén, donde éstos podían rezar «rezar al Dios desconocido» para ellos y «de este modo estar en relación con el Dios verdadero, aunque fuera en medio de oscuridades».
«Al diálogo con las religiones hay que añadir hoy sobre todo el diálogo con aquellos para quienes la religión es algo extraño, para quienes Dios es desconocido y que, sin embargo, no querrían quedarse simplemente sin Dios, sino acercarse a Él al menos como Desconocido», concluyó.