(Asia.news/InfoCatólica) «De él queda un monasterio resucitado de las ruinas y una comunidad que, aunque reducida, sigue siendo un faro de esperanza y encuentro. Este es su legado más vivo», señaló el cardenal en declaraciones a AsiaNews.
Un drama humano prolongado
La desaparición del P. Dall’Oglio se suma al dolor de los miles de desaparecidos en Siria, cuya cifra asciende a más de 100.000, según datos respaldados por Naciones Unidas. Entre los casos emblemáticos se encuentran también los dos obispos de Alepo, Yohanna Ibrahim y Boulos Yaziji, secuestrados en 2013, y otros religiosos que intentaban mediar en la liberación de rehenes.
Zenari enfatizó que, a pesar de los esfuerzos realizados durante más de una década, «no hemos llegado a ninguna verdad». Reconoció, además, que la incertidumbre mina la esperanza de las familias y comunidades que aún esperan respuestas.
La crisis siria: desplazamiento y devastación
El nuncio describió la alarmante situación humanitaria en Siria, que ostenta el triste récord de 13 millones de desplazados y refugiados, de los cuales siete millones son desplazados internos. Las secuelas de la guerra, sumadas a la devastación del terremoto de febrero de 2023, han empeorado las condiciones de vida, obligando a muchos sirios a buscar refugio en países vecinos o retornar a un país en ruinas.
Además, Zenari denunció las incursiones israelíes recurrentes, que han cortado conexiones esenciales con el Líbano, país que ha sido históricamente un puente vital para Siria.
Un mensaje de fe y testimonio
A pesar de los desafíos, el cardenal destacó momentos de esperanza, como la reciente proclamación de los 11 mártires de Damasco por el Papa Francisco, calificándola como «un soplo de aire fresco» para la Iglesia y los fieles en Siria.
El legado del P. Dall’Oglio y de tantos otros mártires sigue vivo a través de la comunidad de Mar Musa, ahora liderada por el P. Jihad Youssef, quien continúa promoviendo el mensaje de diálogo y reconciliación. Iniciativas como documentales y encuentros internacionales buscan mantener su memoria y despertar la conciencia global sobre la situación en Siria.
En medio de la desolación del conflicto, la fe y el compromiso de quienes permanecen representan una luz que sigue iluminando a una tierra marcada por el sufrimiento.