(InfoCatólica) Daniel Ortega sigue empeñado en que Nicaragua sea el país del mundo donde la Iglesia Católica es más perseguida. Su última medida en esa dirección ha sido desterrar de la nación al presidente del episcopado nicaragüense, Mons. Carlos Herrera. Su «delito» fue quejarse el ruido de actos organizados por el ayuntamiento de Jinoteca, que interfieren con la celebración de las Misa. Durante el rito penitencial, calificó dichos actos como «sacrilegio» y pidió perdón a Dios por las autoridades municipales.
El prelado ha llegado a Guatemala, donde por el momento no ha pedido asilo según las autoridades de dicho país. Se desconoce cuál será su destino final.
Herrera es el cuarto obispo en salir de Nicaragua víctima del régimen criminal que tiraniza la nación centroamericana. Previamente lo hicieron Mons. Silvio José Báez, obispo auxiliar de Managua, Mons. Isidoro Mora, obispo de Siuna, y Mons. Rolando José Álvarez, obispo de Matagalpa, que estuvo en prisión largos meses antes de ser expulsado del país.
El Consejo de Derechos Humanos de la ONU presentará este viernes en Ginebra su informe sobre Nicaragua, en el cual se documentan crímenes de lesa humanidad cometidos por el gobierno. Desde febrero de 2023, unas 450 personas han sido expulsadas y despojadas de su nacionalidad bajo acusaciones de «traición a la patria», incluyendo líderes religiosos, periodistas y activistas.