(Vatican.news/InfoCatólica) «Ha dicho que pondrá fin a las guerras. Esperemos, esperemos. Por supuesto, ni siquiera él tiene una varita mágica», dijo Parolin a los medios italianos al margen de un acto en la Universidad Gregoriana. Y agregó: «Para poner fin a la guerra hace falta mucha humildad, hace falta mucha voluntad, hace falta realmente perseguir los intereses generales de la humanidad, más que centrarse en intereses particulares».
«Al inicio de su mandato, le deseamos mucha sabiduría porque esta es la principal virtud de los gobernantes según la Biblia», afirmó el purpurado. El Secretario de Estado señaló que, en su opinión, Trump tiene el reto de «superar la polarización» para poder representar a todos los estadounidenses en esta etapa de gran división social y política.
Sobre las inquietudes de los pueblos en zonas de conflicto, como Ucrania y Palestina, respecto a cómo el nuevo gobierno de Trump manejará las relaciones de paz, Parolin sugirió prudencia. «Veremos qué propuestas hará, porque muchas han permanecido siempre inciertas», observó, en referencia a la falta de detalles concretos en los discursos de Trump sobre sus intenciones para el «día después» de los conflictos.
Defensa de la vida
En cuanto a temas en los que ambas partes podrían encontrar puntos de encuentro, Parolin resaltó la importancia de la defensa de la vida, un tema prioritario para la Santa Sede y que Trump ha prometido defender. «Es uno de los temas importantes el de la defensa de la vida», afirmó el purpurado, quien abogó por una «política común» que busque unir consensos y evite convertirse en un nuevo factor de división.
Parolin aseguró que las relaciones diplomáticas entre la Santa Sede y la nueva administración estadounidense se mantendrán en la misma línea que en el pasado, señalando que «hay elementos que nos acercan y elementos que quizá nos diferencian». Para el Cardenal, la situación representa una oportunidad de diálogo, con el objetivo de avanzar en temas de interés común por el bien de la paz mundial.
Acuerdo con China
Por otro lado, al referirse a las relaciones con China, el Secretario de Estado explicó que el diálogo entre la Santa Sede y el país asiático sigue adelante, a pesar de las tensiones que surgieron en años anteriores. Recordó que el acuerdo sobre el nombramiento de obispos fue renovado recientemente por otros cuatro años, y afirmó que este diálogo «continúa, con pequeños pasos pero continúa».
Parolin insistió en que el interés de la Santa Sede en China es «esencialmente eclesial», y pidió no interpretar este enfoque desde una perspectiva política, como puede suceder en otras evaluaciones gubernamentales. Según sus palabras, la Santa Sede «mira hacia allí con base en esta brújula» para seguir avanzando en su misión pastoral.
De esta manera, la Santa Sede reafirma su disposición al diálogo y expresa sus esperanzas de que la nueva administración de Trump en Estados Unidos contribuya a la paz, la unidad y el bien común en un contexto global lleno de desafíos.