(Vatican.news/InfoCatólica) A pesar de sus raíces en la fe ortodoxa, Emahoy Haregeweine se sintió atraída por el catolicismo, asistiendo regularmente a misa y profundizando en su fe. Inspirada por una imagen de San Francisco, consolidó su compromiso vocacional. Tras superar diversas dificultades, se unió a las Hermanitas de Jesús, congregación fundada por San Carlos de Foucauld, y realizó su formación en países como Nigeria, Kenia, Egipto, Francia e Italia.
En 2007, durante un seminario sobre tradiciones monásticas etíopes, encontró respuestas a sus inquietudes espirituales que la motivaron a fundar un convento católico que reflejara la identidad espiritual y cultural de Etiopía. Con el apoyo de benedictinos franceses y la bendición del cardenal Berhaneyesus Souraphiel, arzobispo de Addis Abeba, estableció el convento en Holeta.
Emahoy Haregeweine impulsó prácticas agrícolas inspiradas por asegurar la autosuficiencia del convento, el cuidado del medio ambiente, favorecer a la población de las aldeas locales. Así, producen huevos crías de ganado, para asegurar la autosuficiencia del convento. Practican la agricultura orgánica, beneficiando tanto al convento como a la comunidad local.
Han desarrollado un programa de educación de los niños de las aldeas cercanas, ofreciendo orientación sobre crianza y preparación de alimentos orgánicos. Quieren, como otras tradicionales comunidades de monjes y monjas, crear espacios donde fe y comunidad crezcan en conjunto, promoviendo una conexión profunda con Dios y entre los miembros de la comunidad.
Emahoy Haregeweine anima a las familias a tener hijos y a cultivar la oración en el hogar, exhortando a quienes disciernen su vocación a dedicar tiempo a la oración y a escuchar la guía divina. Para ella, la santidad no es exclusiva de la vida religiosa, sino un llamado universal, y enfatiza que la Iglesia solo perdurará si estamos dispuestos a sacrificarnos por amor a Jesucristo.