(Ecclesia/InfoCatólica) Los esfuerzos para recuperar las zonas afectadas por la Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA) en la Comunidad Valenciana continúan siendo intensos. Tras días de lluvias torrenciales, se mantiene la labor de limpieza en calles y viviendas donde el barro y los escombros aún dificultan la vida diaria. Equipos de voluntarios y tractores trabajan incansablemente para restablecer la normalidad, mientras que el saldo de desaparecidos oficiales se sitúa en 89 personas.
Ante la tragedia, la solidaridad se ha convertido en un rayo de esperanza. Numerosos jóvenes de grupos parroquiales se han movilizado para colaborar en las labores de limpieza y brindar ayuda a los damnificados. Las parroquias, por su parte, están demostrando su compromiso con quienes lo han perdido todo. Entre ellas, la parroquia de Algemesí recibió este miércoles la visita del arzobispo de Valencia, Enrique Benavent, quien ha recorrido varias localidades afectadas desde el inicio de la emergencia.
En una entrevista concedida al programa La Linterna, Benavent comentó su experiencia tras recorrer las zonas afectadas: «Lentamente mejora la situación, pero todavía en las calles hay mucho barro y enseres destrozados. Habrá que rehabilitar las casas para que vuelvan a ser habitables. Aunque se puede transitar mejor, el acceso a los pueblos sigue siendo complicado», relató el arzobispo, quien prevé un largo proceso de recuperación para los afectados.
Durante la audiencia general de este miércoles en el Vaticano, el Papa Francisco mostró su apoyo al pueblo valenciano al presidir el evento con una imagen de la Virgen de los Desamparados, patrona de Valencia. El arzobispo Benavent agradeció el gesto, que calificó de «inolvidable», recordando que la imagen fue un obsequio de la archidiócesis durante la presentación al Santo Padre de los actos del Centenario de la Coronación. «El Papa ha tenido el bonito gesto de depositar una flor a sus pies y pedir oraciones por nosotros», explicó el prelado, quien también reveló que Francisco le contactó por teléfono la semana pasada, impresionado por las escenas de devastación vistas en los medios.
En referencia a la designación de dos nuevos obispos auxiliares para Valencia, Benavent consideró esta decisión como «un regalo» que evidencia el interés del Papa en la archidiócesis y en sus necesidades pastorales.
El arzobispo se mostró conmovido por los testimonios de quienes han perdido su hogar, destacando la disposición de los jóvenes en la ayuda: «Visité algunas de las casas y la alegría de las personas cuando te presentas en ellas lo ven como una bendición; saben que, aunque no solucionamos el problema material, la cercanía aporta consuelo». Reafirmando el compromiso de la Iglesia, señaló que seguirán apoyando a los damnificados y rezando para que no pierdan la fe y la esperanza.
Finalmente, Benavent hizo un llamado a la sociedad para no olvidar a los afectados en los próximos meses, una vez que el impacto mediático disminuya: «Dentro de unas semanas, cuando la vida se vaya normalizando, muchas personas quedarán solas, habrá familias destruidas. No podemos dejarles abandonados», subrayó.