(Vatican.news/InfoCatólica) Como se anunció al final del Ángelus del 6 de octubre, el número de cardenales elegidos, que había disminuido tras la renuncia del obispo indonesio de Bogor, monseñor Paskalis Bruno Syukur, el pasado 22 de octubre, «para crecer en la vida sacerdotal», vuelve así al número original.
Junto con Turín, con la elección del arzobispo Roberto Repole, una gran diócesis italiana vuelve así a ser sede cardenalicia.
Comprometido con los más frágiles
Battaglia, o más bien «don Mimmo», como todos le conocen y le siguen llamando, es una figura pastoral destacada en el sur de Italia, con un pasado de «cura de la calle» comprometido en particular con los jóvenes y los drogadictos. El Papa lo quiso también entre los miembros de las dos sesiones del Sínodo sobre la Sinodalidad.
Calabrés de nacimiento, originario de Satriano (CZ), de 61 años, antes de la archidiócesis napolitana obispo de la diócesis de Cerreto Sannita-Telese-Sant'Agata de' Goti, en la provincia de Benevento. Battaglia completó sus estudios filosófico-teológicos en el Pontificio Seminario Regional «San Pío X» de Catanzaro. Ordenado sacerdote el 6 de febrero de 1988, a lo largo de los años ha sido párroco, rector, director de oficinas diocesanas y canónigo. El 24 de junio de 2016 fue elegido por el Papa Francisco para la sede episcopal de Cerreto Sannita -Telese- Sant'Agata de' Goti. La consagración episcopal el 3 de septiembre y su toma de posesión al frente de la comunidad de Benevento el 2 de octubre de 2016, eligiendo como lema episcopal las palabras de Jesús a Bartimeo -el ciego hijo de Timeo, que estaba sentado junto al camino pidiendo limosna-: «¡Ánimo, levántate, que te llama!» («Confía, surge, vocat te!»).
Atención a los últimos
La atención y el compromiso de monseñor Battaglia con los débiles y marginados es particular: de hecho, estuvo al lado de los drogadictos desde 1992 hasta 2016, guiando el «Centro Calabrese di Solidarietà», una estructura vinculada a las Comunidades Terapéuticas de Don Mario Picchi (FICT), de la que fue presidente nacional de 2006 a 2015. De 2000 a 2006 fue también vicepresidente de la Fundación Betania de Catanzaro, obra diocesana de asistencia y caridad.
En Nápoles, donde goza del aprecio del clero y los fieles locales, el nuevo arzobispo se presentó en su primer mensaje «como un hermano que va entre hermanos» en una ciudad, «tesoro del Sur», en la que se espera y se lucha contra muchos problemas sociales. Aquellos que siempre ha denunciado, sin dejar nunca de estigmatizar los episodios de violencia y delincuencia. Aquellos a los que siempre ha mirado con ojo de pastor, como seguirá haciendo como cardenal.
El Colegio Cardenalicio
En el próximo Consistorio, el décimo -como se ha dicho- de Jorge Mario Bergoglio, sólo uno de los futuros cardenales no es elector (el ex nuncio Acerbi): con la adición de Battaglia 11 son europeos, de los cuales 5 son italianos; 6 son del continente americano, de los cuales 5 son sudamericanos, 3 asiáticos y uno africano. A partir del 7 de diciembre, el Colegio Cardenalicio estará compuesto por 256 miembros, de los cuales 141 son electores y 115 no electores.