(TheIrishCatolic/InfoCatólica) «Asegurar que la próxima generación de irlandeses crea en Dios» es la realidad que enfrenta la Iglesia, no el costoso mantenimiento de los edificios, explicó el Arzobispo de Armagh, Eamon Martin, en declaraciones a The Irish Catholic.
«Soy optimista respecto al futuro, pero también reconozco el dolor que supone renunciar a algunas cosas, y la preocupación que genera. El mantenimiento de los edificios, las grandes iglesias y los gastos... Financiera y económicamente, la Iglesia se verá muy debilitada, y eso sin contar el impacto de pagar una compensación justa a las víctimas de abusos», señaló el Arzobispo Martin.
«Nos daremos cuenta de que algunas parroquias, y quizás incluso algunas diócesis, no podrán sostenerse económicamente, y ese es un nuevo escenario desafiante para nosotros.
«Pero recordemos que lo verdaderamente importante es la fe y su transmisión, no los edificios ni las estructuras. Lo esencial es garantizar que la próxima generación de irlandeses crea en Dios. Nunca habrías imaginado que el Arzobispo de Armagh te diría algo así, pero es la realidad que enfrentamos», añadió.
Ya hay muchas parroquias y diócesis en Irlanda colaborando más estrechamente, con sacerdotes encargados de varias parroquias y obispos que gestionan dos diócesis.
Es evidente que el representante del Papa en Irlanda, el Nuncio Apostólico, el Arzobispo Luis Mariano Montemayor –quien comenzó su misión pastoral a principios del año pasado– ha acelerado el proceso de acercamiento entre diócesis. Esto se refleja, por ejemplo, en la fusión efectiva de las archidiócesis de Tuam y Killala, y de Elphin y Achonry, en el oeste del país.
A nivel diocesano, el Arzobispo Martin considera que surgirán modelos diferentes en función de las circunstancias de cada lugar.
«Creo que este proceso de racionalización de recursos continuará. No estoy seguro de si hemos reflexionado lo suficiente sobre ello aún. De algún modo, esto suele ocurrir cuando una diócesis queda vacante y se inician las conversaciones. La situación en Dromore es distinta a la de, por ejemplo, Galway y Clonfert, que a su vez es diferente de la de Tuam y Killala», apuntó.
El arzobispo subraya que le gustaría que lo que surja sea lo mejor para la evangelización y que no se traten las diócesis irlandesas como «un rompecabezas que hay que encajar».
«Espero que nuestro camino sinodal actual y el camino sinodal de la Iglesia en Irlanda permitan que afloren muchas de estas reflexiones», afirmó.
El Arzobispo Martin insiste en que, desde hace tiempo, los obispos irlandeses han aceptado la necesidad de cambios, aunque no siempre llega el momento adecuado.
Refiriéndose a la situación en Dromore, expresó: «Es difícil para una diócesis decir: “Hemos estado aquí durante mil años, ¿vamos a perder parte de nuestra identidad como diócesis o como iglesia local?”».
«Esas conversaciones deben tener lugar, especialmente ahora que estamos en un proceso sinodal. Pero a veces es necesario que alguien diga: “Hagámoslo ya, es el momento de tomar decisiones”».