(InfoCatólica) Pizzaballa afirmó que la violencia solo engendra más violencia y que no se vislumbra un liderazgo con una visión que permita un cambio real en la situación. «No veo un liderazgo con visión. La violencia solo produce más violencia. Se necesita un lenguaje nuevo, pero no se puede tener un lenguaje nuevo si no hay personas nuevas, nombres nuevos, caras nuevas», destacó el Patriarca. Según él, es fundamental contar con actores que puedan proponer soluciones novedosas y audaces, ya que las perspectivas de paz y los acuerdos previos se han mostrado ineficaces y no realistas para la realidad actual.
En cuanto a su mensaje para los palestinos e israelíes, Pizzaballa admitió no tener una respuesta fácil. Sin embargo, hizo un llamado a ambas partes para abandonar el lenguaje de odio y la actitud de rechazo mutuo, señalando que «Palestinos e israelíes están llamados por Dios a vivir el uno junto al otro, no en contra del otro. Deben redescubrir este llamado».
El Patriarca también se dirigió a la comunidad cristiana en Tierra Santa, una comunidad que sufre las consecuencias de la violencia de forma directa. Pizzaballa recordó la celebración de una misa reciente en honor a los mártires de Damasco, quienes, según él, representan la respuesta cristiana a la violencia y al mal. «La respuesta a la violencia y al mal es la cruz», declaró.
El Cardenal subrayó que, mientras las partes continúen utilizando la violencia como herramienta, no habrá una solución real ni sostenible. En este sentido, hizo un llamamiento a la necesidad de liderazgo, pero no cualquier liderazgo, sino uno capaz de ser verdaderamente creativo y de proponer un camino que no haya sido intentado antes.
Pizzaballa hizo hincapié en que cualquier solución debe partir del reconocimiento del otro, del respeto mutuo y de la comprensión de que ambas comunidades están llamadas a coexistir.
El Patriarca también reconoció el papel crucial de la comunidad cristiana en el Medio Oriente, no solo como una minoría que sufre las consecuencias del conflicto, sino también como un testimonio de esperanza y resistencia. Recordó la reciente celebración de los mártires de Damasco como un ejemplo del sufrimiento que ha sido transformado en una fuente de inspiración y fe para los cristianos de la región. Esta celebración, según el Cardenal, tiene un significado profundo para los cristianos que viven en un contexto de inseguridad y violencia, ya que les recuerda que no están olvidados y que su presencia en la Tierra Santa sigue siendo relevante.
Pizzaballa concluyó haciendo un llamado a la comunidad internacional y a las comunidades locales para que busquen caminos de reconciliación y paz que vayan más allá de los enfoques tradicionales y fallidos. Es necesario un cambio de actitud, un nuevo liderazgo y, sobre todo, una renovación del compromiso con la paz desde el respeto mutuo y la comprensión de que la violencia nunca será la solución.
