Los narcotraficantes genocidas asesinan a un sacerdote en Chiapas

Nueva víctima de las alimañas que están aniquilando al pueblo mexicano

Los narcotraficantes genocidas asesinan a un sacerdote en Chiapas

El P. Marcelo Pérez Pérez fue asesinado en Chiapas tras años de lucha por la justicia y paz en comunidades indígenas. Conocido por mediar en conflictos y denunciar a grupos armados, había recibido amenazas de muerte. La Iglesia y la comunidad lamentan su pérdida, exigiendo justicia y mayor seguridad para sacerdotes y agentes pastorales.

(Fides/InfoCatólica) La comunidad católica de Chiapas está de luto y en oración tras el trágico asesinato del sacerdote indígena Marcelo Pérez Pérez, párroco del barrio Cuxtitali en San Cristóbal de las Casas, Chiapas. El padre Marcelo fue emboscado cuando regresaba de la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, en San Cristóbal de las Casas, México, tras haber celebrado la misa. De acuerdo con las investigaciones, dos sicarios en motocicleta interceptaron el vehículo en el que viajaba y lo asesinaron a tiros la mañana del domingo 20 de octubre.

El padre Marcelo, Maya Tsotsil, era ampliamente reconocido por su trabajo en favor de la justicia y la paz en las comunidades indígenas de la región. También había actuado como mediador en diversos conflictos en áreas como Pantelhó, una región azotada por la violencia y el control de grupos armados. A lo largo de los años, había recibido numerosas amenazas de muerte y sufrido constantes difamaciones debido a su postura crítica frente a la violencia y la presencia de estos grupos.

Por las constantes amenazas que pesaban sobre él, la diócesis de San Cristóbal de las Casas había decidido trasladarlo de la parroquia de Simojovel a la de Nuestra Señora de Guadalupe. «Chiapas es una bomba de tiempo, hay muchas personas desaparecidas, secuestradas, y asesinadas a manos del crimen organizado», comentó en una entrevista el 13 de septiembre, durante una manifestación por la paz en la que participaron fieles de las tres diócesis de Chiapas. En agosto de 2024, también reveló que en Simojovel habían puesto un precio a su vida de un millón de pesos (cerca de 50,000 euros), pero aseguró que, bajo la protección de Dios, seguiría con su misión de paz. «Tengo un mandato divino», afirmó al periódico Sol de México el 2 de agosto de 2024.

El padre Marcelo, hijo de campesinos, nació en la comunidad de Chichelalhó, en San Andrés Larráinzar, Chiapas. Estudió en el seminario y fue ordenado sacerdote el 6 de abril de 2002, comenzando su labor pastoral en Chenalhó, donde tuvo contacto cercano con los sobrevivientes de la masacre de Acteal en 1997. Durante más de una década, fue un destacado defensor de los derechos humanos y permaneció al servicio de la comunidad en Simojovel por más de 10 años. Coordinaba la Pastoral Social de la Provincia de Chiapas, que abarca las diócesis de San Cristóbal de Las Casas, Tapachula y Tuxtla Gutiérrez. Su labor incluyó el apoyo a organizaciones indígenas y religiosas, así como la organización de peregrinaciones y actividades relacionadas con la salud, la pobreza y la violencia en Simojovel. Además, fue párroco durante 10 años en Chenalhó, otros 10 en Simojovel y más de dos años en la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe.

En 2020, recibió el premio «Per Anger 2020», otorgado a personas y organizaciones que luchan por los derechos humanos y la democracia.

El cardenal Felipe Arizmendi Esquivel, obispo emérito de San Cristóbal de las Casas, expresó su profundo pesar y recordó que el padre Marcelo fue uno de los primeros sacerdotes indígenas tsotsiles que ordenó. «Siempre estuvo comprometido con la justicia y la paz entre los pueblos originarios, especialmente en Simojovel, y acompañó a las víctimas de la violencia interna en Pantelhó», dijo Arizmendi. Además, subrayó que el sacerdote nunca se involucró en política partidista, sino que siempre defendió los valores del Reino de Dios: «Luchó porque los valores de verdad, vida, santidad, gracia, justicia, amor y paz se hicieran realidad en las comunidades».

Por su parte, la Conferencia Episcopal Mexicana (CEM) también destacó su legado. «El padre Marcelo Pérez fue un ejemplo vivo del compromiso sacerdotal con los más necesitados y vulnerables de la sociedad. Su labor pastoral, caracterizada por su cercanía al pueblo y su apoyo constante a quienes más lo necesitaban, deja un legado de amor y servicio que perdurará en el corazón de aquellos a quienes tocó con su ministerio», subrayó en un comunicado firmado por el presidente Rogelio Cabrera López y el secretario general Ramón Castro Castro.

«El asesinato del padre Marcelo no sólo priva a la comunidad de un pastor dedicado, sino que también silencia una voz profética que luchó incansablemente por la paz con verdad y justicia en la región de Chiapas», destacó la CEM, exigiendo a las autoridades «una investigación exhaustiva y transparente que esclarezca este crimen y haga justicia al padre Marcelo Pérez». Asimismo, pidieron que se implementen medidas para garantizar la seguridad de sacerdotes y agentes de pastoral, y que se redoblen esfuerzos para combatir la violencia y la impunidad en Chiapas y en el país en general.

La Fiscalía General del Estado de Chiapas ya investiga el asesinato, mientras que desde la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana de México se emitió un mensaje de solidaridad con la comunidad católica, comprometiéndose a que este crimen no quedará impune.

2 comentarios

Luis Fernando
Hienas inmundas. Alimañas que venden su alma a Satanás, padre de todos los hijos de perra narcotraficantes a los que el Estado mexicano no quiere combatir. No hay infierno suficiente para esas ratas miserables.
22/10/24 7:42 AM
jandro
Descanse en paz. Difícil será que a estas horas no se encuentre en la presencia del Padre con la Iglesia triunfante
La valentía, en un mundo cobarde, no es moneda corriente.
Hiper corrupción y matanzas a go-gó, esos son los frutos de un estado dominado por la masonería
22/10/24 8:12 AM

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